martes, 26 de diciembre de 2023


El islam se autopercibe como la forma más pura y perfecta de monoteísmo. Sin embargo, examinando lo transmitido en uno de sus hadices, comprobamos que Mahoma creyó que Dios tenía un rostro parecido al humano, incurriendo en la crasa torpeza de los antropomorfitas (Mishkat al-Masabih 3525):

Refirió que el Mensajero de Dios había dicho: 'Cuando alguno de vosotros luche debe evitar el rostro, pues Dios creó a Adán a su propia imagen'.

La exégesis ortodoxa ha querido interpretar esta identificación de Dios con el rostro del hombre entendiendo que en él se encuentran los sentidos, y así la imagen no consistiría en poseer un semblante similar al de Dios, sino en ver y oír como Él. Pero esto es forzar las hechuras del pasaje, ya que mientras que todos los golpes dirigidos al rostro lo dañan y afean, casi ninguno merma gravemente los sentidos, y si lo hace poco le falta para ser mortal. La lectura más natural es que, del mismo modo en que San Pablo llamaba al cuerpo el templo del Espíritu Santo, Mahoma veía en la faz de sus congéneres una suerte de espejo de la efigie de Dios, al que por tanto concebía corporalmente.

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