Hay dos falacias más en la disertación de Eduardo Robredo que comentaba brevemente ayer. La primera consiste en crearse un hombre de paja y afirmar por boca suya lo que (casi) ninguna religión afirma, a saber, que el resto de religiones también son buenas. El ateísmo militante no descubre nada cuando proclama que "la religión es mala" e invoca a Lucrecio, quien, por supuesto, pensaba en la religión de los paganos al escribir su famoso verso. Pero olvida el ateo fijar de una manera lógica las causas o acicates de la maldad que observa en la fe, limitándose en cambio a extender el hecho a la universalidad del fenómeno creyente, lo cual constituye uno de los núcleos de su ideología antiteísta.
La segunda falacia, quizá más grave, es la llamada del auténtico escocés. Más grave por el plus sectario que conlleva. Así, Robredo no ve ateos por ninguna parte, cuando es obvio que ha habido una gran cantidad de ellos en la historia (y muchos más en la historia reciente). Paso a desarrollar en qué radica el engaño:
1) El ateo puede ser una rareza filosófica. Sin embargo, el ateísmo no es una negación intelectual de Dios sin más, sino que ante todo es su negación moral, que suele resumirse en las siguientes proposiciones explícitas o implícitas: a) Dios no es bueno (o es impotente); y b) el alma es mortal (o pierde la memoria tras la muerte del cuerpo).
2) El significado de las palabras lo determina su uso, no siempre unívoco. El término ateo fue acuñado por los paganos contra los cristianos, y empleado luego por éstos contra paganizantes y deístas. Sócrates no lo sufrió menos que Epicuro.
3) Como características globales del sentido amplio del término podríamos señalar que ningún ateo defiende ni la bondad intrínseca del mundo ni la necesidad absoluta de obrar según patrones morales de carácter universal.
4) Hago notar que el ateísmo moderno es ante todo un fenómeno histórico al que se llega por la degradación dogmática de las religiones tradicionales. Es sabido que muchos ateos puros se identifican con el teísta Spinoza, lo cual sería muy misterioso si no tuviéramos en cuenta esto y todo lo anterior.
5) Pero incluso los propios ateos establecen múltiples escalafones en su no-creencia, por lo que se ha dicho -aunque es otra falacia- que el ateísmo como tendencia contemporánea no es dogmático. Sin embargo, no existe tal movimiento aglutinador, sólo un nombre para designar la amalgama.
6) Obsérvese además que el cristiano dará al pecador impenitente una calificación semejante a la que le merece el ateo, pues aquél actúa como si no existiera Dios y lo niega de facto.
7) El ateo tipo, a su vez, suele calcar los estándares éticos de su entorno y dar una explicación naturalista y a posteriori de los mismos. Con todo, no es capaz de crear una moral propia, por lo que habitualmente sostiene posiciones relativistas.
viernes, 5 de septiembre de 2008
Dedos rápidos-II
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2 comentarios:
EL "CREYENTE" ES AQUEL QUE NO ES CAPAZ DE COCERSE EN SU PROPIO PUCHERO CUALQUIER AZAR. EL ATEO NO NIEGA MORALMENTE A DIOS SINO QUE LO SUPERA, PORQUE ES CAPAZ DE AMAR AL PRÓJIMO COMO A SÍ MISMOS Y ADEMAS SON LOS PRIMEROS DE AQUELLOS QUE A SÍ MISMOS SE AMAN. vIDA, SUFRIMIENTO Y CÍRCULO NO LOS ALOJA EN UN ORIGEN AJENO; no quiere conservarse a sí mismo, por eso su alma es mortal: Evangelio de Lucas, 17, 33: «Quien busca conservar su alma la perderá; y quien la perdiere,
la conservará.» El cristiano que no es ateo paga las bondades con daños encubiertos. El ateo Mal y bondad los toma como dos elementos dialécticos entre sí. Así pues en el ateo hay una moral, pero no rasa y mostrenca, sino dentro de una ética, un ethos.
muy interesante el blog, la verdad que recien estoy inciandome en este mundo de la filosofia y me gustaria que me recomienden algun libro de nietzsche...gracias y repito, es muy interesante este espacio..
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