ÉTICA DE SPINOZA:
V Axioma
Las cosas que no tienen nada en común entre ellas no pueden ser concebidas las unas por las otras.
RESPUESTA DE RÉGIS:
Es cierto que las cosas que no tienen nada en común no pueden ser concebidas las unas por las otras como los modos son concebidos por el atributo de las substancias. Pero esto no impide que aquéllas puedan ser concebidas las unas por las otras como el amo es conocido por el criado, y como la causa es conocida por el efecto. Se llega al primer conocimiento por una identidad de ideas, y al segundo por una relación de ideas.
ÉTICA DE SPINOZA:
III Proposición
Cuando dos cosas no tienen nada en común, una no puede ser la causa de la otra.
Demostración de la III Proposición:
Si no tienen nada en común, una no puede ser concebida por la otra (por el Axioma 5); y por consiguiente, una no puede ser causa de la otra (por el Axioma 4).
RESPUESTA DE RÉGIS:
Que si dos cosas no tienen nada en común, una no puede ser concebida por la otra (por el Axioma 5), lo concedo; y que, por consiguiente, una no puede ser causa de la otra (por el Axioma 4), lo niego. Ya que, para que una cosa pueda ser causa de la otra no es necesario que la una sea concebida por la otra, bastando que la una no pueda ser conocida sin la otra, lo que es harto distinto. De donde se sigue que es falso de todo punto que cuando dos cosas no tienen nada en común una no pueda ser la causa de la otra. Hemos mostrado lo contrario en la segunda parte del primer libro, que Dios es la causa de todas las criaturas por esta sola razón: que nada tiene en común con ellas.
ÉTICA DE SPINOZA:
VI Definición
Llamo Dios al ser absolutamente infinito, esto es, una substancia que posee una infinidad de atributos, cada uno de los cuales entraña en su idea una esencia eterna e infinita.
RESPUESTA DE RÉGIS:
(...) Hablando con propiedad, Dios no es una substancia: la substancia existe en ella misma, y Dios existe por él mismo. Pertenece a la esencia de la substancia recibir los modos, y pertenece a la esencia de Dios no recibir ninguno. Si Dios pudiera recibir los modos, no excluiría toda negación, lo que es contrario a la propia explicación de Spinoza.
ÉTICA DE SPINOZA:
VII Proposición
Pertenece a la naturaleza de la substancia el existir.
Demostración de la VII Proposición:
Una substancia no puede ser producida por otra cosa, por el corolario de la proposición precedente; ella será, pues, causa de sí misma, es decir, por la primera definición, que su esencia conlleva su existencia.
RESPUESTA DE RÉGIS:
Que una substancia no puede ser producida por otra substancia, lo concedo; que, por consiguiente, no puede ser producida por otra cosa, lo niego. Ya que puede ser producida por Dios, que no es ni substancia ni modo. Que ella será, pues, causa de sí misma, en tanto que excluirá la causa material, lo concedo; en tanto que excluirá la causa eficiente, lo niego. Esto es, que su esencia conlleva su existencia como independiente de una causa material, pero no como independiente de una causa eficiente. Por lo que no es cierto en absoluto que pertenezca a la naturaleza de la substancia el existir; pertenece a su naturaleza existir en ella misma, no existir por ella misma.
ÉTICA DE SPINOZA:
VIII Proposición
Toda substancia es necesariamente infinita.
RESPUESTA DE RÉGIS:
(...) Digo, por el contrario, que toda substancia es necesariamente finita en naturaleza, puesto que toda substancia es determinada por su atributo a ser de una cierta especie, a saber, a ser cuerpo o espíritu.
ÉTICA DE SPINOZA:
XIV Proposición
No puede haber ni puede concebirse substancia alguna, excepto Dios.
Demostración de la XIV Proposición:
Siendo Dios un ser absolutamente infinito que posee todos los atributos que expresan la esencia de la substancia, y existiendo Dios necesariamente por la XI Proposición, si hubiera cualquier substancia distinta a Dios, esta substancia debería ser conocida y expresada por cualquier atributo de Dios, por lo que habría dos substancias con el mismo atributo, lo que no es posible por la V Proposición. Así pues, no hay ninguna substancia que pueda ser ni ser conocida fuera de Dios.
RESPUESTA DE RÉGIS:
Concedo que Dios es un ser absolutamente infinito, y que existe necesariamente. Pero niego que posea todos los atributos que expresan la esencia de la substancia. Los atributos que expresan la esencia de la substancia son la extensión, el pensamiento, la propiedad de existir en sí misma, y la de recibir los modos; lo que no conviene en absoluto a Dios, cuya propiedad es existir por sí mismo y no recibir nada en sí mismo. Luego Spinoza no ha demostrado que no pueda concebirse ninguna substancia, excepto Dios.
(...)
No hay que imaginar que el pensamiento que constituye la esencia de Dios sea de la misma naturaleza que el que constituye la esencia del espíritu. Estos dos pensamientos no tienen entre ellos nada semejante excepto el nombre. En efecto, según el propio Spinoza, el espíritu no es infinito más que en su género; y por la VI Proposición, Dios es infinito absolutamente. Y no serviría de nada decir que el pensamiento que es el atributo de Dios es más perfecto que el que es el atributo del espíritu; pues pregunto si este exceso de perfección en el pensamiento de Dios es un accidente del pensamiento o es su esencia. Si es un accidente, el pensamiento que es el atributo de Dios es de la misma naturaleza que aquel que es el atributo del espíritu; lo que no puede admitirse, ya que según es máxima de los filósofos, los accidentes no cambian la especie. Y si es su esencia, el pensamiento que es el atributo de Dios es de naturaleza diferente que el que es el atributo del espíritu, es decir, que estos dos pensamientos no tienen en común más que el nombre. En efecto, el pensamiento de Dios existe por sí mismo, y el pensamiento del espíritu no existe más que en sí mismo. El pensamiento que es el atributo de Dios no recibe ninguna modificación, y el pensamiento que es el atributo del espíritu recibe muchas. El pensamiento que es el atributo de Dios no está comprendido en ningún género ni en ninguna especie; y el pensamiento que es el atributo del espíritu está comprendido en ambos. En fin, el pensamiento de Dios es de una unidad suprema y absoluta, y el pensamiento del espíritu es de una unidad de número, que demuestra pluralidad, y por consiguiente imperfección. Luego el pensamiento de Dios es de un orden superior al pensamiento del espíritu. Entonces, es el pensamiento suprasubstancial (...). Por tanto, el espíritu no es ni el atributo ni el modo de Dios, contra la pretensión de Spinoza.