La demostración universal más incontestable de la verdad del cristianismo es la imitatio Christi. Cristo no es una doctrina, es un ejemplo. La doctrina la creamos los cristianos para que no hubiera disensiones en nuestra Iglesia. Pero no es lo fundamental, no es la raíz. Jesús no fue un teórico, ni un filósofo, ni un retórico, ni siquiera un político. Tampoco lo fueron sus discípulos, ni por consiguiente debemos serlo nosotros. Al menos no para llamarnos seguidores de Cristo.
La superioridad de una religión con respecto a las demás se mide por la magnitud de los espíritus que genera y cobija. La magnitud, a su vez, se mide por el alcance de la renuncia. Sólo puede renunciar sin hipocresía a la felicidad del presente aquel que acepta feliz su destino; sólo da a los demás con eficacia quien procura retener para sí; y sólo es verdaderamente grande quien se hace pequeño para caber en todas partes.
El cristianismo es la única religión en la que la renuncia y la perseverancia están perfectamente compaginadas. El budismo es renuncia pura, el islam perseverancia pura. Sin embargo, en Cristo los espíritus ni se extinguen en el infinito ni se confunden con la voluntad de poder, sino que emplean la voluntad contra la voluntad y lo infinito contra lo finito.
En Cristo se reúnen la amargura del no y la dulzura del sí, el redimir el mundo y el redimirse en el mundo, la huida y el encuentro.
En Cristo.
sábado, 12 de abril de 2008
Flos flori
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4 comentarios:
"Cristo no es una doctrina, es un ejemplo. La doctrina la creamos los cristianos para que no hubiera disensiones en nuestra Iglesia. Pero no es lo fundamental, no es la raíz."
Dígaselo a uno de mis "amigos" evangelicales y lo prenderá fuego en el nombre del Cristocentrismo. Si usted dice que precisamente está colocando a Cristo en el centro, ellos dirán; no, no, usted está blasfemando contra la doctrina del Cristo Centro. Y si usted pregunta por qué, no dirán nada, sólo gritarán: ¡Tiempo de apostasía, tiempo de apostasía! Mátenlo pero primero ódienlo!
Ay...
Le agradezco ese párrafo.
No hay de qué. Ya ves que doy una de cal y otra de arena. Quizá te gustaría el modo de entender el cristianismo de mi amiga Pamela, que imagino podría suscribir este post (de hecho -aun sin saberlo- lo ha firmado con el ojo).
Irichc, la doctrina no está ahí sólo para evitar disensiones, es también uno de los medios para facilitar el encuentro con la persona de Jesucristo. Los testimonios de los apóstoles son "doctrina".
Siendo los hombres espacio-temporales no sé como es posible el encuentro con Jesús resucitado sin la mediación de una doctrina.
Aunque, por supuesto, el problema está en pretender que cierta visión agota la doctrina (cosa que no ocurre ni siquiera en el Nuevo Testamento, donde vemos diferentes cristologías).
Estoy de acuerdo, Dark. Creo que el ímpetu ecuménico me hizo exagerar un poco. "Obras son amores", eso es todo lo que quise decir (sin olvidarnos de que los razonamientos también son una forma sutil de obrar).
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