miércoles, 16 de julio de 2008

De ojos e invidentes




Lo que sucede es que los del otro lado de la valla (los defensores del diseño inteligente) creen que lo que hay y existe es de una "complejidad irresoluble" tal, por utilizar la frase de Michael Behe, que no se dan cuenta de que hemos llegado a donde estamos en el jardin de la vida, por tanteo a ciegas (el "relojero ciego" por extender la analogia del reloj de Paley desde el conocimiento biologico moderno que Dawkins sintetiza).

Anibal Monasterio


Tanteo a ciegas es una contradicción en los términos. El ciego que tantea no es completamente ciego: "ve" con la mente, con su sentido de la orientación, con su oído, con su tacto. Preguntémonos por qué la naturaleza tantea de un modo y no de otro, y por qué tiende a ofrecernos productos exitosos en lugar de hacerse y deshacerse como la tela de Aracne. Brentano habla de "la teleología inconsciente que caracteriza a la vida vegetativa":

En una cierta oposición a las manifestaciones del instinto se muestra la otra clase de fenómenos que ya mencioné: la de los movimientos voluntarios. Queremos mover un miembro, y éste, al punto, se mueve. Tampoco puede dudarse que es nuestra voluntad lo que causa este movimiento. Mas no lo causa de una manera directa, sino, por el contrario, muy mediata. La voluntad produce directamente un efecto que escapa a nuestra conciencia, y éste, de igual manera, determina la aparición de otro, y así sucesivamente, hasta que por fin surge el movimiento que queríamos hacer, tras una larga serie de incidencias que en gran parte desconocemos y que no entraban en nuestras intenciones.

No hay ser vivo que no muestre una fuerte inercia hacia su supervivencia: existir es perseverar. En suma, la selección de los mejores no reduce a la nada a los menos favorecidos. La evolución explica el modo del cambio, pero no la razón profunda del cambio, y por ende tampoco su fin. No es, pues, que el diseño sea ciego, sino que la biología se venda los ojos por ceñirse, como dicta su objeto, a lo estrictamente empírico.

1 comentario:

Héctor Meda dijo...

Hola,

Justo he escrito un post yo a propósito de ese post:

http://hector1564.blogspot.com/2008/07/sobre-los-derechos-de-autor-de-la.html

Mi idea es que ni el DI evita el tanteo a ciegas, ni el concepto de tanteo a ciegas evita el concepto de Dios, como algunos malos filósofos pretenden.

Respecto a este comentario:
Preguntémonos por qué la naturaleza tantea de un modo y no de otro

Es algo que se busca descubrir y que parece estar relacionado con teorías físicas sobre el equilibrio termodinámico.
Se cree que algunas teorías matemáticas podrían dar cuenta de por qué se dan algunas mutaciones y no otras, pero todavía es una campo muy verde. Pero desde un punto de vista estrictamente biológico, cualitativo, la selección natural es verdadera.

Por otro lado también dices:
la selección de los mejores no reduce a la nada a los menos
favorecidos


Y sí, eso está claro. La selección natural acaba con los más desfavorecidos. El cuántos y hasta dónde llega ese umbral depende de las condiciones que la naturaleza aleatoriamente va imponiendo y está claro que a veces resultará más exigente que otras.

Insisto pues que lo que tu llamas razón profunda del cambio estará en la física y tiene que ver mucho con las condiciones iniciales del Big-Bang:
http://labellateoria.blogspot.com/2007/07/las-estrellas-fuente-de-orden-y-baja.html

Saludos