domingo, 11 de enero de 2009

Lo pecaminoso de resistir a la Resistencia


Madrid, el Madrid que no protestó contra los asesinos del 11-M, pues debió de considerar que aquella masacre era proporcional a la ofensa de Aznar en las Azores, acusa ahora la desproporción en carne ajena. El Madrid de la movida y de Chueca, ruge a favor de Hamas, cuya criminalidad mide en función de su capacidad bélica ante Israel y no según el grado de opresión al que el primero somete a sus habitantes y a sus vecinos.

Las leyes de la historia y de la justicia poética, por las que se rige la izquierda, justifican cualquier ataque contra el orden establecido, al que se responsabiliza de todo el mal en el mundo. De ahí la buena prensa de los anarquistas en el Occidente post-mayo del 68. Vencido el nazismo, la Europa acomplejada y desarmada hizo moralmente suyas las causas de los desheredados, frente a los que mantendríamos una deuda infinita. Cualquier agresión que recibamos de ellos, desde la inmigración hasta el terrorismo, parte de nuestra culpa originaria y es, por tanto, muy merecida. En cambio, cualquier defensa que le haga frente estará marcada por la misma ilegitimidad usurpadora que causó el castigo que el destino -o Allah en persona- ejecuta hoy sobre nosotros.

10 comentarios:

Alejandro Martín dijo...

Muy de acuerdo. Ese mismo tema lo traté en una entrada de hace un par de días con parecidas conclusiones.

Produce auténtica perplejidad (si no espanto) ver a la izquierda española pasearse por las calles de la capital con gentes que llevan brazaletes y cintas verdes de Hamás. Cuando uno mira las manifestaciones contra la guerra, ve todo el arcoiris de la nueva (anti)utopía europea: baderas independentistas, republicanas, comunistas, islamistas... En fin: la expresión colorida de la confraternidad antisistema, donde uno ya no sabe qué significa cada cosa salvo por aquello a lo que se opone.

Pero, al parecer, nadie se pregunta por qué no salieron a la calle cuando Hamás mataba miembros de Al-Fatah, o cuando atentaba contra centros de enseñanza judíos, con niños dentro y todo... No. Entonces no. Porque si -como vemos en las manifestaciones- el bien es plural, el mal es único: el imperialismo norteamericano, del cual el sionismo es brazo ejecutor.

De todas formas -y dicho lo dicho- mi punto de vista es que la ofensiva israelí sólo trae más sufrimiento y más complicación a la zona. Sería de agradecer que la derecha ibérica también se pronunciase un poco sobre el tema, en vez de ponerse a hablar de la nieve y de Magdalena Álvarez. Pero en vez de tener un país con un gobierno serio (que analice las cosas con objetividad y busque soluciones) y una oposición responsable (que se comporte como si un día tuviera que gobernar y tener una voz en el mundo), ahí tenemos a los unos en las trincheras, que es lo suyo, y a los otros, en la inopia. Qué desastre.

Alejandro Martín dijo...

Madre mía, como me enrollo... Lo siento!

Daniel Vicente Carrillo dijo...

En efecto, los antisistema son tan rematadamente inmorales que sólo se manifiestan cuando huelen petróleo o imperialismo. Si las matanzas étnicas, las persecuciones religiosas y la represión política se desarrollan en África o en Asia, son cosas de salvajes y no les interesan lo más mínimo, o no se movilizan por ellas. Aunque en última instancia todo esto también sea culpa de Occidente, cómo no.

Estos bárbaros "intra muros", educados por nosotros e integrados en nuestro sistema productivo, pero ebrios de romanticismo iconoclasta, sólo empezarán a ser razonables cuando sus intereses estén directamente amenazados y peligre su seguridad como individuos. Será demasiado tarde.

En fin, Hamas ha de estar muy contento con España. Ya nos lo agradecerá cuando tenga ocasión.

Hoy Israel puede permitirse el lujo de ser compasivo. He escrito bien: compasivo. Si de Hamas, Hizbullah e Irán dependiese, ya estaríamos inmersos en una guerra total donde lo último que nos importaría iban a ser los titulares histéricos sobre lo que ocurre a miles de kilómetros de distancia y el maniqueísmo de estos nefastos instrumentalizadores de izquierdas, aunque no sólo de izquierdas.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Bienvenidos sean tus rollos.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

También escribí en otra parte:

Todo el arsenal retórico propalestino no es más que una suma del argumento predilecto de la izquierda, la falsa analogía. Cuando uno no sabe definir, se ve obligado a comparar. Eso es lo que sucede a los niños pequeños, para los que todos los animales son perros. La fuerza de la izquierda es su indefinición, y con ella da pábulo al fanatismo, que ante todo es falta de claridad mental.

Podemos hablar de invasión de una ciudad o de invasión de una carretera. También de ocupación, pues si Israel permanece en Gaza será potencia ocupante, con las responsabilidades que ello conlleva. No es correcto, en cambio, emplear el término “resistencia” si no hay una legitimidad previa o ésta no ha sido violada. La legitimidad a efectos internacionales se desprende de la soberanía, cuya adquisición el pueblo palestino ha rechazado en dos ocasiones. Así pues, hasta que no cuente con un Estado que le pertenezca, su estatus jurídico pende de las Naciones Unidas como se pende de un hilo. Y en ningún caso está justificado resistir en nombre de la ONU, que es el único vínculo de ese colectivo con el derecho internacional público.

Dicho brevemente: Toda resistencia palestina es “per se” terrorista, con independencia de su justicia o injusticia. Pero es que además es una resistencia injusta, ya que estima en más la destrucción del enemigo y la perpetuación del odio religioso que la supervivencia propia.

A esto añádase que el derecho a la resistencia -tomada en sentido genérico, no jurídico- es un derecho natural y no nos dice nada de la dignidad del que resiste. Es decir, es un derecho simétrico tanto para los palestinos como para los israelitas. Los derechos humanos, en cambio, defienden al hombre en sociedad y al combatiente cuando se rinde. Es por ello que la rebelión generalizada imposibilita de raíz que esta clase de derechos pueda aplicarse.

Respecto a Israel, sitiar una ciudad no lo convierte a uno en genocida cuando se persigue su rendición. Ni atacarla, si ha mediado ataque previo lo bastante grave o declaración formal de guerra. Los juicios de intenciones de la prensa española están envenenados por el antisemitismo.

Las digresiones sobre el nazismo no son menos gratuitas. Yo podría decir que el desfile del orgullo gay es una exaltación del instinto sobre la razón y, por tanto, genuinamente fascista. Pero el fascismo está ya tan devaluado que ni ilusión me hace intentarlo.

Alejandro Martín dijo...

Muy bueno. Tienes una mente aguda para el análisis político. Un abrazo

Anónimo dijo...

Yo sí he leído todo tu comentario porque, como te digo en la respuesta que te doy, hay que conocer lo que opinan todos para conocerlos.
Veo que vosotros opinais sin conocimiento de causa.
Ni la izquierda, toda la izquierda, es como la describís, ni mucho menos Hamás es lo que transmitís.
Como te digo en la respuesta, allí en mi blog, procuro analizar a todos los contendientes, todas las opiniones y las traslado al blog.
No soy antisistema, ni anti judio, de hecho podrás comprobar que entre los premios que me otorgan otros blogueros tengo dos que estimo mucho y que vienen de entidades judías, por algo será, no?.
Un saludo.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Bueno, creo que sí conozco a Hamas:

http://fabregas.blogspot.com/2009/01/gaza-la-gran-hipocresia.html

Y me abstengo de publicar vídeos con las monstruosidades de esos criminales detestables.

Alejandro Martín dijo...

Puesto que hablas en plural... no sé exactamente, Jonkepa, qué cosas "opinamos" sin conocimiento de causa. ¿Todo lo que aparece en esta entrada?

En cuanto a la izquierda, claro que no "toda" es así. Pero parece que el presidente del gobierno sí, y todo el carnaval folclórico de la izquierda multimillonaria española también, a juzgar por las imágenes de televisión.

En cuanto a Hamás... Lo que veo en Google cuando escribo "Hamás" junto con las palabras atentado, asesinato, etc., me parece suficiente para saber que son unos criminales despreciables, y además un peligro para la posibilidad de que la democracia pueda llegar alguna vez a esa zona del mundo.

Yo también considero desproporcionada la acción de Israel. Lo que lamento es que, cuando Hamás mataba palestinos y judíos, no se montase la que se monta aquí cada vez que es Israel la que hace un uso desproporcionado de la fuerza. Y sobre todo lamento ver a occidentales cuerdos y demócratas desfilando con los colores y las consignas de los fundamentalistas.

Anónimo dijo...

Lamento decirte Alejandro, que Hamas está donde está debido a un proceso democrático. No sirve cómo escusa llevar la democracia a ningún sitio si ya estaba allí.
Respecto a la discusión en si, encuentro absurdo que compareis las dos realidades. A los de Hamas todo el mundo está de acuerdo en llamarles terroristas y condenar sus ataques, al gobierno de Israel se le permite todo sin pronunciamiento. Alguien debe salir a la calle a decir lo que son no?