jueves, 16 de julio de 2009

Prueba del diseño


Entre un círculo dibujado en la arena y un círculo matemático hay una relación primaria de proximidad lógica y otra secundaria de causalidad implícita. Esto es, aunque sea absurdo imaginar contacto físico alguno entre los átomos de gravilla y cualquiera de los lugares del perímetro de la circunferencia, debemos presuponer que, si la circunferencia fuera inconcebible, el círculo que la toma como modelo sería inexistente o cualquier cosa; y que, a la vista de que es un círculo más bien que cualquier cosa, debe su ser a algo distinto a la materia que lo compone.

Así pues, si algo es concebible, algo puede existir. A fortiori, como se verá, si algo concibe, algo puede existir.

Partimos en este caso del hecho efectivo e innegable de que algo existe, y de que sería imposible si no fuera concebible. Por tanto, de ahí se sigue que algo previo a la existencia de lo real es necesariamente concebible. Lo autocontradictorio, sea lo que sea, jamás llega a ser; luego, lo autoconsistente, sea lo que sea, es siempre.

La primera prueba del diseño, entonces, es que el mero hecho de existir cualquier cosa, simple o compleja, conlleva una elección ontológica del no ser al ser-efectivo; elección que no es ni necesaria (puesto que puede postularse la inexistencia) ni irracional (dado que la existencia de su objeto no resulta autocontradictoria). No resulta muy aventurado anticipar, pues, que es racional y contingente.

Lo contingente, a su vez, puede ser azaroso, determinado o libre, entendiendo la libertad como una determinación teleológica.

Ahora bien, el azar es el desconocimiento de la causa, mientras que hemos afirmado que la causa existe en tanto que causa implícita concebible. En consecuencia, no puede sostenerse que se ignora por completo la causa que se presupone. Ergo, la elección de la que venimos hablando parece no ser azarosa y estar implícitamente determinada por una causa eterna.

Sin embargo, de una causa eterna no se deriva una existencia, efecto suyo, acotada en el tiempo, ya que estaríamos violando el principio de igualdad causa-efecto. Luego, nos vemos en fin obligados a admitir que la causa es libre e intencional, ya que no azarosa ni determinada.

Se ha demostrado que del hecho de que algo existe y es concebible ha de seguirse la elección libre e intencional de un diseñador eterno e inmaterial.

Accedo a comentar los pormenores de esta prueba y las refutaciones que pueda suscitar.

15 comentarios:

Juan Ignacio Gil dijo...

Es el mismo error, el mismo salto al vacío, que tantas veces se ha cometido al intentar demostrar lo indemostrable. Se toma un postulado que, con más o menos reparo, se puede aceptar (todo lo pensable puede existir) para inmediatamente invertirlo (todo lo que existe ha sido pensado) sin ninguna justificación.

Que algo exista no conlleva necesariamente una elección. Es cierto la afirmación opuesta: que haya una elección implica que algo exista, pero el sentido de la flecha no se puede invertir.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Si la palabra elección no te gusta, por asociarse a un sujeto (aunque yo la he empleado en un contexto más amplio), cámbiala por decantación. Existir es decantarse del no ser al ser, y este tránsito sólo puede producirse por azar, por necesidad física o como consecuencia de un acto libre -que, aquí sí, sería una elección en sentido estricto. Creo haber reducido al absurdo las dos primeras opciones, por lo que la tercera se seguiría de suyo, quartum non datur.

Gracias por tu comentario.

KuerVo dijo...

irichc, podemos decir que todo lo pensable existe en tanto pensamiento. Y que los peros que puedan surgir de esta afirmación no son relativos a la existencia de lo pensable, sino a las posibilidades de que todo lo pensable pueda ser en otros estadios de la realidad. Pero esto de ninguna manera implica que el pensamiento es anterior a la existencia, sino todo lo contrario.

No existe tal opción entre ser y no ser, en los términos que lo planteas.

Saludos.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Nada nos obliga a admitir que toda relación de causalidad es física. No sólo los cuerpos obran; los conceptos (las ideas platónicas) impiden que algo sea, e impedir es obrar. También logran que tú y yo, cuando pensamos en el teorema de Pitágoras, pensemos exactamente en lo mismo.

Hablé sólo de causalidades implícitas, pero bien podría haber otras. Los griegos, por ejemplo, apelaban a la inspiración sobrenatural para explicar efectos superiores a las causas en el actuar de los hombres, alegando en consecuencia que había co-causas ocultas.

Saludos.

JuanMa dijo...

Sigo sus discusiones atentamente y disfruto del gusto por la reflexión que transmite, ejerciendo la condición de ser humano.
Y sobre todo, disfruto enormemente con su selección de músicas barrocas, a las que llevo algún tiempo admirando y aficionándome. El hecho de no poder escuchar las que están con el reproductor esnips me frustra bastante.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Muchas gracias, Juanma, y encantado. Dejé esnips porque funcionaba mal, pero si accede a la web directamente creo que se puede escuchar. Le paso la dirección donde guardaba toda la música del blog -y alguna más- hasta el año pasado:

http://www.esnips.com/web/baroque

Hasta pronto.

José Luis Ferreira dijo...

“a la vista de que es un círculo más bien que cualquier cosa, debe su ser a algo distinto a la materia que lo compone”

Pero no a algo distinto que la materia. Su ser como círculo existe únicamente en la mente de los seres (materiales) que pueden concebir un círculo y que encuentran cómodo identificar figuras parecidas a circunferencias perfectas con círculos.

"si algo es concebible, algo puede existir"

Hay que aclarar el significado de qué significa concebir y poder existir. ¿Puedo concebir una circunferencia con una relación entre diámetro y longitud distinta de pi? ¿puedo concebir un ser humano consciente pero sin cerebro? ¿puedo concebir que la hipótesis de Riemann es falsa? ¿que es cierta? ¿pueden ser reales ambas cosas?

“Partimos en este caso del hecho efectivo e innegable de que algo existe, y de que sería imposible si no fuera concebible.”

¿Efectivo? ¿innegable? ¿de dónde ha salido este hecho? ¿no pueden existir cosas que no podemos concebir? ¿No pueden existir fenómenos tan complejos que no quepan en nuestra mente limitada? ¿Acaso concebimos la desigualdad de Bell? ¿o la fuerza electromagnética?

“Lo autocontradictorio, sea lo que sea, jamás llega a ser; luego, lo autoconsistente, sea lo que sea, es siempre.”

Esta, irichc, es una falacia de principiante. De la primera proposición se deduce, en contrapositivo, que si algo llega a ser, entonces no es autocontradictorio, no que lo no contradictorio exista.

“La primera prueba del diseño, entonces, es que el mero hecho de existir cualquier cosa, simple o compleja, conlleva una elección ontológica del no ser al ser-efectivo.”

Esto es una petición de principio. No la compro. No está deducida de nada de lo anterior y asumirla se parece mucho a asumir lo que quieres demostrar.

“el azar es el desconocimiento de la causa”

Esto puede ser cierto … o no. Para empezar, la causalidad no es una categoría lógica que se pueda manejar como un modus ponens, sino una interpretación de nuestras mentes. El azar, según la mecánica cuántica, puede muy bien ser intrínseco a la naturaleza.

“hemos afirmado que la causa existe en tanto que causa implícita concebible”

Sí, se ha afirmado, pero después de una mala deducción y después de una petición de principio.

“Ergo, la elección de la que venimos hablando…”

está solamente en tu cabeza.

“estaríamos violando el principio de igualdad causa-efecto”

Este principio salió de maldeducir que si A implica B, entonces B implica A. Este principio está hecho para ser violado todos los días a todas horas, y con mucha razón.

“Se ha demostrado …”

que definiendo pobremente los conceptos y aplicando mal la lógica se puede deducir cualquier cosa.

irichc: admiro tu retórica y tu prosa, pero no tu lógica.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Dices:

Su ser como círculo existe únicamente en la mente de los seres (materiales) que pueden concebir un círculo y que encuentran cómodo identificar figuras parecidas a circunferencias perfectas con círculos.

Pero esta coexistencia plural, por mental que se quiera, tiene elementos objetivos que hacen que sea idéntica en todas las mentes, al menos en lo que se refiere a los elementos primarios de la analogía (la definición de la circunferencia).


¿Puedo concebir una circunferencia con una relación entre diámetro y longitud distinta de pi?

No.


¿puedo concebir un ser humano consciente pero sin cerebro?

Dependerá de lo que entendamos por ser humano.


¿puedo concebir que la hipótesis de Riemann es falsa?

Escapa a mi conocimiento.


¿que es cierta? ¿pueden ser reales ambas cosas?

No si cierto y falso se toman como antónimos directos.


¿no pueden existir cosas que no podemos concebir? ¿No pueden existir fenómenos tan complejos que no quepan en nuestra mente limitada?

En ningún momento he dicho concebible por el hombre, ni mucho menos concebible por el hombre de hoy.


Esta, irichc, es una falacia de principiante. De la primera proposición se deduce, en contrapositivo, que si algo llega a ser, entonces no es autocontradictorio, no que lo no contradictorio exista.

Es cierto, no se sigue de la premisa anterior (debí omitir el "luego" propio de las inferencias), pero sí "ex definitione", ya que asimilo el ser al ser pensable. La existencia es el ser en el espacio-tiempo, lo que en el párrafo que criticas he resumido mediante la perífrasis "llegar a ser". La esencia, en cambio, es sólo la inteligibilidad, la causa formal de Aristóteles.


Esto es una petición de principio. No la compro. No está deducida de nada de lo anterior y asumirla se parece mucho a asumir lo que quieres demostrar.

Para asumir lo contrario debes demostrar -pues tuyo es aquí el onus probandi- que todo lo que existe existe necesariamente y en virtud de sí mismo, sin atisbo de contingencia. No hay terceras opciones.


la causalidad no es una categoría lógica que se pueda manejar como un modus ponens, sino una interpretación de nuestras mentes.

Insisto en que hablo en todo momento de la causa formal, que prescinde de las consideraciones de la física. No hay contacto entre los átomos de gravilla y el perímetro de la circunferencia concebida.


Este principio salió de maldeducir que si A implica B, entonces B implica A.

No. El principio de igualdad causa-efecto conlleva que el efecto pleno equivale a la causa plena. Pues, si no se diera tal equivalencia, habría que presuponer un obstáculo (una co-causa extrínseca) o una voluntad reguladora (una co-causa intrínseca). Lo primero se excluye mediante la navaja de Ockham, y lo segundo me daría igualmente la razón, al apuntar a una voluntad sobrenatural.


irichc: admiro tu retórica y tu prosa, pero no tu lógica.

Algo es algo. Gracias.

Un saludo.

José Luis Ferreira dijo...

Podemos liarnos con las causas y con lo que puede significar que algo sea concebible. Las únicas causas que podemos manejar lógicamente son las que tengamos en un modelo formal al que podamos seguir la pista de lo que pasa alterando alguna de las variables, así todo esta noción de causa será interpretación (con contenido formal, pero interpretación) de lo que pasa en la realidad. Las causas aristotélicas y demás sirven para hacer interpretaciones, no para hacer deducciones lógico-matemáticas (las deducciones que no sean lógico-matemáticas, si queremos denominar a algo con este nombre, estarán seguramente llenas de trampas).

Dices no podemos concebir algunas cosas, pero que podemos concebir quien las conciba. Esto hay que aclararlo, me parece contradictorio. Yo estoy por decir que podemos concebir cosas lógicamente falsas. Por ejemplo, podemos concebir una hipótesis falsa (hay un número finito de primos) y luego refutarla, si tenemos la inteligencia para hacerlo.

Pero nada de lo anterior nos lleva más lejos ni más cerca de lo que intentas.

Dices que asimilas el ser al ser pensable. Sigue siendo una petición de principio. Sigo sin comprarla. Puedo concebir seres no pensantes. De hecho casi todos los seres en que puedo pensar son seres no pensantes. Claro que ahora nos podemos liar también con la definición de ser. Nunca he visto una definición buena. Ser es lo que existe. Con esto solo podemos hablar de todo lo que existe como lo que es, como ser. ¿Es un electrón un ser? ¿lo es un fotón? Cuando un electrón absorbe un fotón ¿Es un ser, son dos? Cuando hago un castillo con las piezas del juego de mi hija, ¿ese castillo es un ser? Si le cambio un par de piezas ¿es otro? Si junto tres castillos pequeños en uno grande ¿es un tres en uno?

Pero divago. Te remites a seres pensantes. ¿Cómo justifica eso la afirmación que haces? La que dice: “lo autocontradictorio, sea lo que sea, jamás llega a ser pensante, lo autoconsistente, sea lo que sea, es siempre pensante. (Le he quitado el luego, como querías, y he puesto lo de pensante, como también querías.) No lo compro, por más barato que me lo pongas.

Me pides que demuestre que no has deducido bien tus conclusiones y me dices que lo haga demostrando lo contrario. Precisamente digo que ninguna conclusión se puede sacar (ni la tuya ni la contraria) con el argumentario que propones. Sobre la razón de que exista algo y no nada, de hecho, no creo que ni ese ni ningún argumentario valga. Mucho menos todavía valdrá para demostrar que, además, ese algo, tiene por fuerza que ser pensante. A no ser que la empiria encuentre a tal ser.

Insisto: las definiciones de causa (formal o la que sea) contingencia, esencia, en sí mismo,… no son definiciones lógicas. Ya sé que mucha gente lleva siglos intentando sacar algo de ellas. Algo querrá decir el que sigan sin conseguirlo.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Puedo concebir seres no pensantes.

Escribí pensable, no pensante. Debes volver a encauzar tu crítica, ya que ha habido un malentendido por tu parte.


Ser es lo que existe.

¿El pasado no es?


Cuando hago un castillo con las piezas del juego de mi hija, ¿ese castillo es un ser?

El ser es lo pensable, pero un ser exige, además del requisito de la inteligibilidad, el de la individuación. El objeto al que te refieres es un agregado.

Respecto a las definiciones de causa, no deberías despreciarlas, pues no hay ciencia sin definición. Escribe Avicena:

La materia no puede ser la causa de la existencia de las formas. Esto es evidente por las siguientes razones: en primer lugar, la materia sólo es materia en el sentido de que tiene la facultad de acoger algo en sí y estar predispuesta para algo. Mas lo que se halla predispuesto no puede, en cuanto tal, ser causa de la existencia de aquello para lo cual está predispuesto (la forma). Si fuera causa, se seguiría necesariamente que lo otro (la forma) tendría que estar siempre presente en ello, aun sin previa disposición. En segundo lugar, es imposible que la esencia de una cosa sea de manera actual causa de otra cosa, mientras ella misma permanece aún en la potencia.

Es decir, si hay cambio en la materia, es porque hay predisposición al cambio. Predisposición aquí significa incompletud y capacidad de ser. La incompletud, cualidad negativa, viene dada por la indigencia de la materia; la capacidad de ser, sin embargo, procede de la forma, pues si estuviese en la materia misma no sería capacidad (potencia), sino actualidad y, por tanto, o bien no existiría el cambio, o bien todo sería todo simultáneamente.

José Luis Ferreira dijo...

Ok, decías pensable, eso tiene más sentido, pero no llega a ser verdad, por lo menos no es cierto que todo lo autoconsistente es pensable por nosostros, los que tenemos que pensar sobre las cosas.

No desdeño, de ninguna manera, las diversas versiones del concepto causa. Nos ayudan a formular nuevas hipótesis y a buscar datos empíricos. No es poco, pero no es categoría lógica formal.

Desde luego, posibilidad de cambio no tiene nada que ver con incompletitud, concepto que tampoco es categoría lógica hasta que le demos una definición formal. Por ejemplo, definiendo un conjunto universal, subconjuntos de él y complementarios de los subconjuntos, pero no veo en qué ayude esto a buscar causas del ser.

Lo que existe puede ser azaroso o no. No lo sabemos y, para más inri, la mecánica cuántica apunta a que lo que es, es azaroso. Podría ser determinista y nada cambiaría. Existiría, entonces un universo determinista y eterno ... en su tiempo. Y de ahí no podemos salir porque no concebimos nada fuera del tiempo del universo en que estamos. Hablar de causas del tiempo nos lleva a deambular por conceptos que no sabemos lo que son.

Curiosamente, sin intuir ni concebir lo que sería otro tiempo, o un no tiempo, las matemáticas permiten tratar estos problemas (algunos). Pero las matemáticas que dan un buen modelo de nuestro universo nos dicen que, en este universo, el algo es más estable que la nada. Y volvemos a empezar, porque no nos satisface la respuesta y queremos saber el porqué de la ley que algo es más estable que la nada. Podría haber otro universo, en el cual el modelo matemático que lo define no presenta esta ley. Pero no sabemos nada de él.

Lo que es, es como sea. Un ser no exige nada, otro concepto que se introduce para salir del pozo tirándose de los pelos.

Hay algo en lugar de nada. Decir que todo se explica porque defino un ser inexplicable o autoexplicable (pero eso es igual de inexplicable) y, además libre -¿qué puede significar en pura lógica ese término?- y pensante, y pensable, que lo explica todo es mala lógica. Lo digo porque pareces no estar incomodado por la regresión infinita que se abre buscando la causa de la causa,... Todas ellas incógnitas, todas ellas complicando lo que sabemos, que hay algo en lugar de nada.

La navaja de Ockham te dice que es más complicado que exista un ser pensante y libre enterno que causa un universo material con sus leyes que simplemente exista un universo material con sus leyes.

Te concedo que, condicionado a que existe tal universo, no es posible aseverar nada acerca de si es mayor o menor la probabilidad la existencia de ese otro ser. No teóricamente. Así que pasamos a la empiria y, con Russell diré que no daré por buena ninguna proposición de la que no tenga la más mínima evidencia.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

no es cierto que todo lo autoconsistente es pensable por nosostros, los que tenemos que pensar sobre las cosas.

Te contradices. Si sabes que es autoconsistente, estás pensando sobre ello.


Desde luego, posibilidad de cambio no tiene nada que ver con incompletitud, concepto que tampoco es categoría lógica hasta que le demos una definición formal.

Incompletud, tal y como utilizo el término aquí, es el reverso conceptual del cambio y el movimiento. Algo es móvil porque carece de algo. Si no careciese de nada, no podría moverse ni cambiar, ya que no tendría dónde hacerlo, estando todo contenido en su ser.


Lo que existe puede ser azaroso o no. No lo sabemos y, para más inri, la mecánica cuántica apunta a que lo que es, es azaroso.

Insisto en que estoy hablando de la causa formal, no de la causa material. En nada me afectan los modelos de la física. Este argumento es -lo repito una vez más- puramente metafísico, sin que esto sea para nada un demérito. De hecho, estoy persuadido de lo absurdo de intentar probar la intervención divina en el mundo de otra manera, dada la imposibilidad de explicar el contacto entre lo material y lo inmaterial.


Y de ahí no podemos salir porque no concebimos nada fuera del tiempo del universo en que estamos.

El tiempo tampoco puede concebirse sin un inicio. Una línea sin inicio no es ni siquiera una línea.


Lo que es, es como sea. Un ser no exige nada, otro concepto que se introduce para salir del pozo tirándose de los pelos.

La actitud materialista de enfrentarse al universo como a una singularidad, en lugar de como el producto de un plan perfectamente trazado del que desconocemos los detalles, siempre me ha parecido una vergonzosa huída hacia delante. Vuestro cosmos carece de mente y en nada se diferencia del caos. No habéis extraído lecciones de la conservación de la energía, de la ley de la inercia, del principio de razón suficiente; preferís entreteneros en particularidades escabrosas y poco claras que alimentan las especulaciones más fantásticas, las cuales admitís mientras excluyan a Dios.


La navaja de Ockham te dice que es más complicado que exista un ser pensante y libre enterno que causa un universo material con sus leyes que simplemente exista un universo material con sus leyes.

Lo primero que nos diría la navaja es que es más sencillo que el universo no exista que el hecho de que exista. Acto seguido, argumentaría que, puesto que existe, debe tener un origen, ya que no hay que multiplicar las causas sin necesidad. Después se concluiría que dicho origen debe ser inmaterial, por las mismas definiciones de universo y causa.


con Russell diré que no daré por buena ninguna proposición de la que no tenga la más mínima evidencia.

En realidad los escépticos pedís una evidencia máxima que nadie os dará jamás -pues tal vez no esté a nuestro alcance- y que nunca encontraréis, ya que ignorasteis los pequeños detalles que podían conduciros a atisbar aquélla.

José Luis Ferreira dijo...

"Te contradices. Si sabes que es autoconsistente, estás pensando sobre ello."

No me contradigo. Sólo estoy hablando del concepto de autoconsistencia, no de conocer o pensar o concebir cualquier ser que satisfaga este concepto.

"Algo es móvil porque carece de algo. Si no careciese de nada, no podría moverse ni cambiar,..."

Esto son palabras...que no ve qué significan ni para qué sirve una definición tal de incompletitud. Pero para cualquier sentido sensato de éstas diría que no, que yerras, algo no es móvil porque carezca de algo. No veo la deducción lógica de que si no carece de nada no podría moverse. ¿Qué es carecer de algo, por otra parte? Cada cosa del universo carece de todas las demás. ¿Es eso?

"Insisto en que estoy hablando de la causa formal, no de la causa material."

Pues yo también insisto: cualquier tipo de causa a la que te refieras no estará definida lógicamente hasta que lo hagas dentro de un sistema lógico-formal. Hasta que no lo hagas no podrás deducir lógicamente con garantías.

"argumentaría que, puesto que existe, debe tener un origen, ya que no hay que multiplicar las causas sin necesidad."

¿Qué pasa con la regresión infinita a la que esto te lleva, el origen de la causa, la causa de la causa de la causa,....? Tu argumentación multiplica las causas sin necesidad.

"preferís entreteneros en particularidades escabrosas y poco claras que alimentan las especulaciones más fantásticas, las cuales admitís mientras excluyan a Dios."

Precisamente lo que creo hacer es no entretenerme en especulaciones fantásticas como la metafísica lleva más de dos milenios haciendo. Atenerse a las evidencias es lo menos escabroso que puedo pensar. No está reñida esta actitud con la imaginación, la fantasía y la intuición para formular hipótesis y para buscar datos, pero siempre acaba mandando el rigor de la realidad. Esta es una frustración voluntaria que debería interesarte. La frustración de que no va a ser cierta cualquier cosa que imagine y la voluntad de aceptar el dictamen de los hechos.

"Vuestro cosmos carece de mente y en nada se diferencia del caos."

Mi cosmos contiene mi mente y la tuya y se diferencia del caos en algunas burbujas de entropía positiva (a costa de la negativa que genera alrededor) que llamamos vida. De todas maneras, el que yo quiera un cosmos con más vidilla que esta y menos indiferente a los avatares humanos no hace que cambie lo más mínimo. Mis deseos no son órdenes, lamentablemente.

"En realidad los escépticos pedís una evidencia máxima que nadie os dará jamás"

No, te pido lo que te pido, una mínima evidencia. Tenemos evidencia de que hay algo en lugar de nada y de nada más que sea relevante para la hipótesis de causas inmateriales.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

¿Qué más puedo decir? Has deshecho el hilo de mi argumento a fuerza de obviarlo. Si el término "causa formal" no te dice nada ni te merece el menor examen, es imposible que des algún valor a las razones aquí expuestas.

La petición de principio del materialismo es postular que no hay más causas que las materiales. Pero ser causa es sólo ser razón de algo. Dicha razón, como vio Hume, no se sigue necesariamente de la experiencia de una sucesión de acontecimientos, aunque necesariamente la acompañe.

José Luis Ferreira dijo...

Y tu me haces la petición de principio de que hay tales causas, sin enseñarme ninguna. Me las muestras en un sistema interpretativo, no lógico ni empírico, como es la metafísica. No te extrañe que obvie la falta de lógica.

Y me obvias el hecho de que ningún tipo de causa tiene una definición lógica rigurosa si no se define rigurosamente en un sistema lógico (así todo, la definición será disputable, estoy pensando en los intentos del premio Nobel Granger para dar una).

En fin, si estamos de acuerdo en cuáles son las cosas en que no estamos de acuerdo, podrá servir para seguirlas meditando durante los próximos años de cada uno de nosotros. Nunca nadie cambia de opinión en este tipo de conversaciones, pero sí puede uno cambiar con los años como consecuencia de estas y otras discusiones y de otras experiencias que le dé la vida.

Ahí cada uno creemos que será el otro el que entienda su error.