sábado, 3 de octubre de 2009

Inmaculados


[El ateísmo es] la única visión del mundo que no incluye seres imaginarios, fantasmas en la máquina o voluntariosas teleologías a gusto del observador.


Hume, ateo, atribuía la causalidad a la imaginación. Es decir, para él la imaginación y la costumbre tenían mucho más peso que la razón en nuestra consideración del mundo.

Epicuro, ateo, creía en la declinación incondicionada de los átomos, que es un fantasma en la máquina.

Condorcet, ateo, confiaba en el progreso de la especie humana hasta alcanzar un universo en el que "el sol no alumbrará en la tierra más que a hombres libres". Una teleología más que voluntariosa, a mi entender.

Vía (comentarios).

2 comentarios:

Héctor Meda dijo...

XDDD

¡¡Qué respuestas más buenas!!

Me sorprende la arrogante facilidad con que algunos creen que lo defendido por ellos es el sentido común y que quienes piensan lo contrario es porque tienen alucinaciones

Enrique Arias Valencia dijo...

Una aguda observación, sin duda.