miércoles, 6 de octubre de 2010

Del parentesco entre moral y verdad




Cuando Popilio Lena ordenó que Cicerón fuera proscrito, y que fuese hallado y ejecutado, ¿no habrían tales prendas significado para cualquiera que fuese ignorante del caso, que Tulio o bien era un hombre en extremo perverso, merecedor de la pena capital; o que había ofendido a Popilio gravemente; o bien al menos que no había salvado su vida, ni tenía bastantes razones para esperar sus favores y buenos oficios dado el caso, ni Popilio los de Tulio? Y siendo todas estas cosas falsas (1), ¿acaso su comportamiento y actos no son expresivos de lo falso, o contradicciones respecto a la verdad? Es cierto que Popilio obró como si estas cosas hubieran sido verdad, cuando no lo eran, y como si aquellas que lo eran no lo hubieran sido (en esto consiste la falta de su ingratitud); y si hubiera dicho mediante palabras que eran o no eran verdad, no habría hecho más que hablar como si así fueran las cosas. Luego, ¿por qué obrar como si fueran verdad y como si no fueran verdad, cuando son de otro modo, no debería contradecir la verdad tanto como decir que las cosas eran así, cuando no lo eran?


Wollaston

(1) Pues Cicerón sí le salvó la vida, y no lo había ofendido, etc. (Nota mía).

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