martes, 31 de julio de 2007

El Génesis como límite a Darwin


Hablaré claro y breve. La tendencia en el hombre a hacer el mal:

1) No es genética, porque no se selecciona.

2) No es cultural, porque está en todas las culturas.

No obstante, es propia en exclusiva de la especie humana, se hereda individualmente e impregna cualquier forma de existencia vinculada a nuestra intencionalidad. Es el primer pecado, el negativo de la esencia del hombre, que reside en la capacidad de sentir vergüenza.

Quien sea capaz de refutar 1) o 2) habrá arruinado la religión cristiana, o habrá asestado al menos un severo golpe a sus presupuestos teóricos.

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