martes, 1 de marzo de 2011

Insecto-teología




Poderío de las moscas: ganan batallas, impiden obrar a nuestras almas, comen nuestros cuerpos.

Pascal

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El número de animales que nuestro globo terráqueo es capaz de albergar está determinado por la extensión de su superficie. Si en un año se multiplicasen dos o tres veces su número habitual, los productos de la tierra, porporcionados a su superficie, no bastarían para mantenerlos, por lo que o morirían o se depredarían mutuamente. Con tal de evitar tal inconveniencia, Dios estableció sabiamente límites a la vida y a la multiplicación de los animales. Aquellos cuya vida es larga no son prolíficos, de modo que la tierra no se ve incomodada con sus especies. Pero sucede de otra manera con aquellos cuya vidas son breves. En consecuencia, los insectos que no viven más que por un breve espacio de tiempo producen multitudes de crías. Esta numerosa multiplicación es igualmente necesaria para ellos, ya que muchos de sus huevos perecen por las inclemencias del tiempo y pueden convertirse en el alimento de otros animales. Una ordenación tan sabia evita que la tierra sea desolada por un número de animales mayor del que puede mantener, y preserva la proporción adecuada entre sus distintos habitantes.

No es, pues, sin justicia que las Escrituras dan a Dios el título de Señor de los Ejércitos. Él es el Soberano de las legiones de ángeles, los ejércitos del cielo; de aquella multitud de pájaros que se ha supuesto excede las quinientas especies; de los peces del mar, y de las aguas, de los que mil especies distintas son conocidas, y de esas tribus de animales y serpientes, cuyas especies ascienden a ciento cincuenta. Como quiera que estos ejércitos sean numerosos, los de las distintas especies de insectos no les ceden a este respecto. "Levantad en alto vuestros ojos, y mirad quién creó estas cosas; Él saca y cuenta su ejército; a todas llama por sus nombres; ninguna faltará; tal es la grandeza de su fuerza, y el poder de su dominio." (Is. 40:26).

Dios no ha manifestado sólo su poder en la creación de esta casi infinita multitud de insectos y otros animales, sino que su sabiduría es también conspicua. Hemos observado ya que una multiplicación grande en exceso desolaría la tierra, que no sería entonces capaz de mantenerlos; pero Él la ha ordenado para que siempre haya una proporción justa, nunca demasiado ni demasiado poco. Sin esta sabia provisión perderíamos de tiempo en tiempo ciertas especies de animales mientras que otras se multiplicarían hasta tal punto que devendrían verdaderamente dañinas. ¿Puede un equilibrio tan templado, y en el que descubrimos tanta sabiduría, ser la obra de la ciega casualidad? Desde luego que no: lo que se deja a la casualidad nunca es fijo, nunca es regular. Pero hete aquí una proporción constante e invariable que no puede ser más que el efecto de un diseño premeditado, y de un plan ejecutado por un Ser omnisapiente y omnipotente.

¡Cuántos medios no tendrá disponibles el Dios de los Ejércitos para castigar a la raza de los hombres! Prestas están todas sus legiones a volar a su voluntad para obedecer sus órdenes. Ocupándonos sólo del ejército de insectos, ¡cuántos medios podrá emplear para humillar el orgullo de los débiles mortales! Estas perniciosas criaturas atacan a veces a los mayores monarcas en sus tronos, desolan sus campos, infestan sus haciendas y dejan hambrunas y muerte a su paso. Aunque necesarios en cierto grado, su exceso es siempre pernicioso. Deberíamos hallarnos en un temor perpetuo, si no supiéramos que el Ser que regula su fecundidad nos ama y no permitirá que se multipliquen más allá de sus límites. Sin embargo, no deberíamos jactarnos demasiado por ello. "Todo esto son bienes para los piadosos, mas para los pecadores se truecan en males. Hay vientos creados para el castigo, en su furor ha endurecido Él sus látigos; al tiempo de la consumación su fuerza expanden, y desahogan el furor del que los hizo. Fuego y granizo, hambre y muerte, para el castigo ha sido creado todo esto. Y dientes de fieras, escorpiones, víboras y espada vengadora para la perdición del impío. Todos hallan contento en hacer su mandato, en la tierra están prontos para su menester, y llegada la ocasión no traspasarán su orden." (Eclo. 39:27-31).


Lesser

5 comentarios:

Isaak dijo...

Dios no contaba con los insecticidas. Ni con el cambio climático. Hemos extinguido a estas horas cientos de especies creadas por Dios con tanto mimo, y en los próximos años desaparecerán otras muchas. Nos comeremos todo cuanto existe en el mar (con muchas especies de peces ya acabamos).

Ahora somos fuertes y peligrosos, científicos. Habría que actualizar las Sagradas Escrituras, porque las únicas legiones que se ven hoy por hoy en el cielo son los aviones militares. Ni rastro de ángeles.

Saludos cordiales.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Es cierto que el texto yerra claramente al presuponer que las especies no pueden extinguirse. Pero en todo lo demás me parece acertado, a falta de una explicación mejor.

Un cordial saludo.

Enrique Arias Valencia dijo...

Quizá Dios ha hecho extensiva su promesa de arcoiris a la tecnología humana. Él no nos destruirá con un nuevo Diluvio, pero, ¿permitirá nuestra autodestrucción?

Platypus dijo...

Errrr.... lo del cambio climático dudo mucho que sea cierto.

Antes se llamaba calentamiento global, ¿no? Y como les daba vergüenza llamarlo calentamiento global por el frío que hacía, ahora lo llaman cambio climático.

Precisamente este invierno ha hecho bastante frío.

¿Y la frase chorra esa que dicen siempre de que "ha sido el verano más caluroso desde hace 40 años"?

¿Y si ahora nos dicen que tenemos calentamiento global.... hace 40 años qué era? ¿El infierno global?

No me creo nada.

Por cierto, interesante el post.

Invito a visitar mi humilde blog antidarwinista:

http://los-fallos-de-darwin.blogspot.com/

Rodolfo Plata dijo...

JAQUE MATE A LA DOCTRINA JUDAIZANTE DE LA IGLESIA. La importancia de la crítica a la cristología de san Pablo, radica en que nos aporta los elementos de juicio necesarios para visualizar nítidamente __la omisión capital que cometió Pablo en sus epístolas al mutilar al cristianismo de la doctrina más importante para la humanidad. Desechando la prueba viviente de la trascendencia humana que se alcanza practicando las virtudes opuestas a nuestros defectos hasta adquirir el perfil de humanidad perfecta (cero defectos). Disciplina que nos da acceso a los contenidos, enseñanzas y potencialidades del espíritu__ Y la urgente necesidad de formular un cristianismo laico enmarcado en la doctrina y la teoría de la trascendencia humana (sustentada por filósofos y místicos, y ratificada por la trascendencia humana de Cristo); a fin de afrontar con éxito: “el ateismo, el islamismo, el judaísmo, el nihilismo, la nueva Era y la modernidad”, que amenazan con sofocar el cristianismo trascendental. http://es.scribd.com/doc/73946749/Jaque-Mate-a-La-Doctrina-Judaizante-de-La-Iglesia