Avicena argumenta que si lo inexistente que una vez fue pudiera regresar al ser exactamente en los mismos términos en que existió, ello implicaría el repetirse del tiempo en que existió sin que fuera posible distinguir los elementos que constituyeron dicho instante de los que constituyen el instante posterior. En cuyo caso no habría un verdadero retorno, al darse la identidad de un tiempo y el otro, no una sucesión de un instante por el otro, siendo así que el regreso de algo implica un segundo tiempo en que se da, no un tiempo idéntico a aquel en el que fue. Por tanto, nada puede regresar del no-ser y todo se destruye irremediablemente.
miércoles, 11 de septiembre de 2024
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