martes, 31 de julio de 2007

Addenda


Defino el mal moral como el instinto contrario al de conservación, tanto en el plano individual como en el de la especie, aspectos ambos que acaban convergiendo en los animales políticos. Espero que se me conceda que el mal es una pulsión innata que nadie nos enseña, como nadie nos enseña a conservarnos (pero sí a hacerlo mejor o peor). Asumido esto, no tengo ningún empacho en reconocer que ahí influyen toda clase de factores endógenos y exógenos, ya sean fisiológicos, psicológicos o ambientales. Ahora bien, sigo sosteniendo que el mal no se selecciona, esto es, que los criminales no engendran criminales ni los santos tienen a santos por hijos. Por tanto, su raíz tampoco puede ser genética, sino metafísica.

El Génesis como límite a Darwin


Hablaré claro y breve. La tendencia en el hombre a hacer el mal:

1) No es genética, porque no se selecciona.

2) No es cultural, porque está en todas las culturas.

No obstante, es propia en exclusiva de la especie humana, se hereda individualmente e impregna cualquier forma de existencia vinculada a nuestra intencionalidad. Es el primer pecado, el negativo de la esencia del hombre, que reside en la capacidad de sentir vergüenza.

Quien sea capaz de refutar 1) o 2) habrá arruinado la religión cristiana, o habrá asestado al menos un severo golpe a sus presupuestos teóricos.

lunes, 30 de julio de 2007

Y luchaban los vientos













Et-Proelibantur-Venti.mp3

No sólo del mal vive el teólogo


Arriesgándome a echar por tierra la imagen ascética que alguien pueda haberse formado de mí a juzgar por mis escritos, he de informaros que estaré ausente por vacaciones durante unas tres semanas, a contar desde el primero de agosto. Lo que tengáis que decir, decidlo ahora o callad hasta septiembre.

domingo, 29 de julio de 2007

Pruebas contra la selección cultural


La doctrina del pecado original no pretende que los hombres somos demonios sin atisbo alguno de bondad. Se limita a fijar la anomalía de que el más sociable de los animales sea capaz de las mayores atrocidades. Los tardoilustrados seguís pensando que el mal y el bien morales provienen de la educación y de la correcta o errónea organización de las sociedades, sea ésta espontánea o planificada. Sin embargo, tenéis un pequeño problema al no poder demostrarlo.

En resumen, a favor vuestro no hay nada, y hablan en vuestra contra las siguientes pruebas que cuestionan la eficacia de la selección cultural:

- El telediario como reflejo verosímil, aunque distorsionado y a la baja, de la maldad cotidiana.

- La creciente desigualdad social.

- El índice de abortos.

- El de delincuencia.

- El de obesidad.

- El de corrupción.

- El de endeudamiento.

- El de fracaso escolar.

Si todo depende de las circunstancias, entonces no hay nada que seleccionar: no existen tipos buenos ni malos, sólo maleables (Maquiavelo). Pero si es cuestión de dar tiempo al tiempo y tener fe, contesto que antes que la república de los santos evolucionados llegará el juicio final, mucho más efectivo.

PS1: No he dicho sólo que siguen habiendo malvados, sino que su número se mantiene esencialmente constante a pesar de la fuerte criba a la que debería someterlos la selección cultural. Ni siquiera haría falta mirar a las estadísticas para cerciorarnos de este dato. Todos nacemos con considerables impulsos a delinquir si de ello no se sigue un castigo contra nosotros (o es un castigo asumible a la vista de la ganancia).

PS2: El libre albedrío no es un impedimento absoluto a la predeterminación genética de cierto tipo de conductas. En atención a nuestra progenie suelen gustarnos más las mujeres de caderas anchas que las de caderas estrechas. Con todo, preferimos el mal al bien, aun cuando la sociedad siempre sanciona y margina los comportamientos que tienden a disolverla. He aquí un fenómeno sin explicación científica.

O-Mortales-Quid-Mundanas.mp3

Usquequo peccatores


Constato:

1) La fuerza bruta, la violencia y las coacciones son recursos desesperados que no integran la práctica cotidiana del hombre medio, so pena de provocar exclusión. Así pues, y muy al contrario de lo que sucede en otras especies, la paciencia es entre nosotros una virtud en extremo más útil a la hora de alcanzar objetivos.

2) Los grandes hombres, aunque en su andadura provoquen la caída de muchos otros, suelen reportar grandes ventajas al conjunto de la humanidad, y por ello son tenidos por inteligentes y benéficos. De no ser así, los eliminaríamos. Son excepciones a esta regla los revolucionarios exitosos en general y, en particular, los escasísimos individuos que se hacen con el poder absoluto en una jurisdicción.

Pregunto:

a) Perseguimos, multamos, encarcelamos y ejecutamos a los delincuentes, con lo que su capacidad de reproducción es menor. ¿Por qué se mantienen, pues, constantes y no se extinguen los malvados en sentido fuerte, es decir, los que atentando contra las leyes más básicas y universalmente aceptadas destruyen los vínculos sociales?

b) Si definimos la actitud insociable como aquella que no tiene en cuenta el interés del otro, o está orientada a perjudicarlo si ello reporta algún beneficio al agresor (pero no el mayor beneficio), ¿qué razón evolutiva hay para que se mantenga generación tras generación, como una epidemia que afecta a todos los contextos culturales y a todos los extractos sociales?

sábado, 28 de julio de 2007

Y líbranos del mal


Me informan de que las pulsiones agresivas son un reducto de nuestro pasado simiesco. ¿Cuánto tiempo tiene que transcurrir para que la insociabilidad humana se extinga? Si eso es posible, no necesitamos juicio final ni gloria de ultratumba. Sólo un poco de paciencia.

Las reacciones antisociales sólo son una ventaja entre animales poco sociales. Los malvados prosperan entre los hombres por su inteligencia o su buena fortuna, no por su capacidad de herir o herirse. Hay muchísimos más perversos en el presidio o en la miseria que en la cima o de camino a ella.

jueves, 26 de julio de 2007

Pregunta para evolucionistas


¿Qué utilidad tiene el ensañamiento humano? ¿Por qué se transmite y se conserva aparentemente invariable esta característica, siendo el hombre un animal social desde hace muchos miles de años?

Se me responderá con Goethe y Nietzsche: la virtud y el vicio encuentran en la voluntad de poder la misma raíz. No me basta. ¿Acaso no es la evolución lo bastante poderosa como para disociar los dos brotes antagonistas de dicha raíz común, seleccionando al más competitivo? ¿No es contradictorio decir que los comportamientos sociales y los antisociales son igualmente ventajosos para la supervivencia del individuo? Y si no lo son, ¿por qué se mantienen parejos de forma tan regular y uniforme en el espacio y en el tiempo?

martes, 24 de julio de 2007

Arte e ideología


La finalidad principal del arte es religiosa, no política. La religión busca dar sentido al todo; la política (al nivel de la propaganda) justificar determinado modo de proceder.

Chant-Joyeux.mp3

sábado, 21 de julio de 2007

Mi creacionismo


1) Defino el pecado original como la tendencia innata -y en tanto que tal no dependiente ni de sensaciones ni de razonamientos- a contrariar el instinto de conservación. "Porque el día que de él comiereis, ciertamente moriréis".

2) La demostración de que este pecado existe en el hombre sólo puede ser empírica. Gula, lujuria, avaricia, envidia, soberbia, pereza e ira son pasiones irracionales (atentan contra el imperativo de conservarse) que ningún animal padece si no es debidamente estimulado. Observad a quienes devoran más allá de su necesidad de alimento y hasta de su apetito; a quienes copulan para, al cabo de unos meses, destruir a sus crías en el vientre de sus madres; a quienes acaparan más de lo que pueden gastar, aun a expensas de su salud y de su tranquilidad; a quienes prefieren perjudicar al prójimo y al benefactor; a los que estiman más el halago que la rectitud; a quienes conscientemente se arriesgan o sucumben por no esforzarse. Ved, en fin, a un bebé enfurecerse antes de aprender a andar.

3) En el hombre la regla es la excepción y la excepción es la regla. El animal, solitario o gregario, es insociable por mor de su independencia. Por contra, la sociabilidad es la única capaz de garantizar la independencia del hombre, que es un animal débil. De lo cual se sigue que el animal sociable es o bien un degenerado (por domesticación) o bien una especie superior (dado su juicio).

4) La insociabilidad inercial del hombre, un ser naturalmente sociable, es una forma de degeneración crónica y universal de esta especie, sólo a ella debida. La cultura no es superior a la especie que la produce. No corrompe la cultura, sino que es desvirtuada y encanallada por los individuos que la propagan.

5) Ninguna ventaja evolutiva se desprende del carácter insociable en el hombre, que claramente lo perjudica. Y, sin embargo, jamás desaparece ni es desplazado por los tipos opuestos, que también podrían verse favorecidos por la selección cultural. Por tanto, dicho rasgo característico -al que denomino primer pecado o raíz de la maldad- está en la naturaleza y fuera de ella. Se hereda, pero no muta.

viernes, 20 de julio de 2007

miércoles, 18 de julio de 2007

Para comprender la emergencia


La mente no es efecto geométrico del cuerpo, ni la actividad mental se reduce a la corporal. En el surgimiento del ser consciente, el cuerpo se desarrolla hasta el punto de que parte de la actividad corporal se metamorfosea en actividad mental. Esto es, un sujeto transfiere su predicado a otro. O en otras palabras:

Juanito creció tanto que hizo ganar a Pedrito unos centímetros.

martes, 17 de julio de 2007

Schmerz macht uns Menschen


a mí me parece que demuestra una sensibilidad moral muy inferior el intentar detener líneas de investigación con células (celulitas, al fin y al cabo, sin nada parecido a un cuerpo humano, conciencia o capacidad de sufrimiento) que sí pueden salvar vidas humanas reales con nombres reales, cuerpo, conciencia y capacidad de sufrimiento.


Tancredo, Tancredo, Tancredo...


* * *

Repito: el padecer es el mínimo hacer posible. La materia actúa o padece, no hay tercero. Y el padecer no es un no actuar, sino un resistir a la acción de otro. Por tanto, todo lo existente padece y actúa, sin necesidad de emergencias. También las celulitas humanas, los embriones, los fetos y demás escoria inconsciente.

El emergentismo es un dualismo


Tendré que explicarme. En el sistema emergentista el hombre no es más que lo que hace. Toda pasión es excluida del concepto de subjetividad según este criterio filosófico. Por tanto, no se es individuo hasta que no se actúa de forma visible y característica.

Un criminal descuartizando a un prójimo como sólo los hombres saben hacerlo poseería, en base a ello, más elementos identificativos de su especie que un nasciturus al que no le ha sido dado todavía contar con una actividad mental.

Independientemente de su configuración física, que hace las veces de accidente necesario, encontramos no ya una substancia, como quiere el cristianismo, sino una superstancia que mantiene cohesionadas desde su supremacía ontológica las partes que la generaron. Cómo el efecto puede ser ontológicamente superior a la causa es algo que dejo en manos de los magos de esta disciplina.

Siendo la actividad y solamente ella la que determina mi condición de ser humano, no sólo el sustrato o causa eficiente de esa actividad se disocia de la misma: también el propio producto derivado de ella. Uno es el hombre que actúa y otro el que padece, aunque compartan idéntico cuerpo. Mejor dicho, uno actúa y nadie padece, pues el sujeto emergentista sólo admite la acción. Cuando actuamos somos libres, porque nos aproximamos a nuestra esencia; cuando padecemos quedamos enajenados en la oscura ciénaga material, que nos niega y nos disuelve (el padecer es el mínimo hacer posible).

¿Actúan las máquinas? Turing lo cree. ¿Piensan las máquinas? Se responde afirmativamente. ¿Son humanas las máquinas? Aceptado lo anterior, no cabe duda. Y en tanto que la humanidad está en función de la actividad, tanto más humanas cuanto más activas. Ahora bien, si el cuerpo humano es el poseído por una mente humana, y ésta la que realiza acciones humanas, entonces las máquinas tienen cuerpos humanos y los hombres cuerpos maquinales. No hay ninguna diferencia. Tampoco la hay -salvo en el grado- entre sacrificar hombres y sacrificar autómatas.

domingo, 15 de julio de 2007

Weininger


Nuestro tiempo no es tan sólo el más judaico, sino también el más feminista; el tiempo para el cual el arte es únicamente una careta y que encuentra sus inspiraciones artísticas en el juego de los animales; el tiempo del anarquismo más crédulo, sin comprensión para el Estado y para el derecho; el tiempo de la ética de la especie y de las concepciones históricas más superficiales (el materialismo histórico); el tiempo del capitalismo y del marxismo, para el que la historia, la vida y la ciencia no significan otra cosa que economía y técnica; el tiempo en que el genio es considerado como una forma de locura y que, sin embargo, no posee ni un gran artista ni un gran filósofo; el tiempo de la originalidad más escasa y que más busca la originalidad; el tiempo que ha sustituido el ideal de virginidad por el culto a las semivírgenes: ese tiempo ha tenido también la gloria de ser el primero en que los individuos no contentos con haber afirmado y adorado al coito, lo han elevado a la categoría de deber, no para olvidar, como los romanos y los griegos en la bacanal, sino para encontrarse a sí mismos, y para dar un contenido a su propia esterilidad.

Para emergentistas


Tenemos, por un lado, al ordenador más potente del mundo. Y, por el otro, a un millón de fetos. Nos obligan a deshacernos de aquél o de éstos.

Decida, señor bueno. Y decida rápido.



* Emergentismo: Postura filosófica para la que, a la hora de hablar de vida humana, lo relevante no es que haya un cerebro o el conjunto de células para generarlo, sino que se dé y se observe la actividad que le es propia.

viernes, 13 de julio de 2007

Definición de "incausado"


Dos opciones: a) sin causa o b) sin causa conocida.

Si optases por a), respondo así:

1) Hay cosas que existen sin causa

2) Tales cosas nos resultan, en consecuencia, parcialmente desconocidas.

3)
Dios nos es parcialmente desconocido.

4) Luego Dios podría existir sin causa.

Si optases por b), renuncia a la hipótesis de la eternidad del universo.

Puntería


Confucio dejó escrito que la responsabilidad del arquero en su tiro es absoluta. Todo depende de él: el grado de inclinación del cuerpo, la dirección, la tensión, la forma y el peso de la flecha; incluso la fuerza y sentido del viento son factores que el buen tirador debe tener en cuenta.

Así, la puntería no es más que el nivel de consciencia óptimo sobre los medios y los fines. La primera sensación al errar un disparo es el arrepentimiento, la necesidad compulsiva de probar de nuevo. Algo nos dice que quisimos fallar cuando, sin embargo, no queríamos fallar. Hubo un momento en el que parpadeamos y nos desentendimos del objetivo que nos habíamos propuesto, quedando escindidos entre el antes y el después de nuestro yerro. El desmayo súbito y silencioso de nuestras facultades -no atribuible a ninguna pasión determinada- se identifica con el pecado original.

¿A quién dar la culpa? Nuestra voluntad era la de acertar, y a tal fin orientamos los medios. ¿Acaso hay una segunda voluntad agazapada en nosotros e ignota como la Antitierra de los pitagóricos? No deben multiplicarse sin razón los entes. Es entonces extraño a la voluntad y a la inteligencia lo que nos empuja a desviarnos, aunque forzosamente cuente con su concurso. Extraño a nuestra naturaleza animal y racional, lo que no significa que sea extraño a nosotros, pues nadie más obra.

Por tanto, tú que te equivocas y te lamentas, conociendo tus debilidades, el alcance de tu acción y el sentido oculto de tus intenciones, no tienes excusa.

jueves, 12 de julio de 2007

No se solapan


Un psicólogo interpreta lo que piensas por lo que haces; un moralista lo que haces por lo que piensas. Ninguno de los dos tendría que invadir la competencia del otro. El reduccionismo es, pues, un error.

Actus-II.mp3

miércoles, 11 de julio de 2007

Fundamentos para el castigo


Un hombre apenas retiene señal psicológica alguna al someter a una mujer antes que a otra, mientras que las mujeres sí quedan poseídas y marcadas en cierto modo por aquel que las domeña.

Te haces hombre al poseer a la primera mujer. Pero de la primera a la última ya no hay diferencias, excluyendo las desviaciones que a veces se dan con la promiscuidad. Una mujer, sin embargo, se hace mujer cada vez que es sometida, al mutar su personalidad en los distintos encuentros con sus amantes. Si digo que los absorbe por la vagina, ni pretendo vulgaridad ni ensayo metáfora.

Así las cosas, el adulterio es moralmente mucho más grave viniendo de una mujer que de un hombre. Desde un plano ético o religioso ambas situaciones pueden ser equiparables, pero desde el psicológico no hay parangón que valga. El adulterio femenino niega al hombre la condición de hombre y a la mujer la de mujer. Y lo hace sin derecho alguno. En cambio, el adulterio masculino revoca a la mujer su condición plena, pero con el derecho del que antes la otorgó graciosamente.

Esto explicaría la asimetría de la condena tradicional a estas actitudes. Apelar al patriarcado y a la fuerza bruta es un recurso fácil y, de tan fácil, falsario. Precisamente porque las mujeres se someten cuando llega el momento, no tiene sentido presuponer una fuerza uniforme que actúa todo el tiempo a lo largo de la historia. Razonar así es desatender la naturaleza, como quien pretendiera que el crimen es marginal sólo porque hay leyes y jueces. En este caso estaríamos ignorando la condición sociable del hombre, y en aquel la condición sometible de la mujer.

La religión cristiana permite a la mujer alcanzar un estatuto de igualdad que, de no obedecer a un interés superior, repugnaría a la justicia. Prescindir de la solemnidad de sus ritos, o pervertir el nombre de sus sacramentos, conduce sinuosamente no ya a un hipotético dominio patriarcal, sino a la barbarie.

Charpentier


martes, 10 de julio de 2007

Cuando el amor era tomado en serio


Dot, exovar,
lo pert per dret
la qui comet
ffer adulteri
a vituperi
del marit seu,
he morir deu
sentençiada:
apedreguada,
per la lley vella;
dins en Castella
mor deguollada;
alt enforcada
en Araguo;
per lo fur, no
mor en Valençia:
sols penitençia
pecuniaria
rep fornicaria;
puta baguassa,
ab simple passa
puniçio.

Jaume Roig.

domingo, 8 de julio de 2007

Es la verdad, estúpidos




Existir es un modo de ser, esto es, ser en el espacio y en el tiempo. Pero ser verdad (o ser pensable) es el ser por antonomasia. Así, mientras que "la existencia" sería sólo una sustantivación de un accidente (nada, salvo Dios, existe por sí mismo), y por tanto un flatus voci, "la verdad" es la abstracción lógica necesaria por la que llegamos a todo lo verdadero.

Decir que lo que existe es verdadero (contiene verdad) y que la verdad no existe es una contradicción. Afirmar que lo que existe es falso también resulta absurdo. Luego la verdad existe por necesidad en todo lo contingente, dado que lo contingente existe.

¿Qué es, entonces, la verdad? Algo que existe para que lo espacio-temporal pueda existir.

* * *

No se trata de sustituir los términos para llegar a conclusiones vacuas. El término "verdad" es lo bastante específico como para no admitir conmutaciones.

La verdad es una propiedad contingente de los juicios -que también pueden ser falsos- y una propiedad necesaria de los sujetos existentes -que sólo pueden ser verdaderos. Pues bien, tenemos que la verdad no depende de los juicios (ya que puede haber juicios sin verdad) ni de los sujetos (dado que puede no haber sujetos existentes y sí haber juicios verdaderos que los juzguen). Hay una verdad por encima de lo pensable y de lo mostrable. Y se ha dicho ya que esta verdad existe necesariamente si lo contingente existe.

* * *

No puede definirse la verdad. Para lograrlo deberías presuponer que tu definición es verdadera, lo que te haría incurrir en petición de principio.

No serviría decir que la verdad es la "no contradicción". De nuevo hay postulación de lo que ha de demostrarse (lo verdadero como contrario a o contradictorio con lo falso).

La suma de lo pensable es lo verdadero, pero la verdad es lo que hace que lo pensable sea pensable. Es decir, es algo previo a lo pensable, semejantemente a cómo el azul y el amarillo son previos al verde.

La verdad es la verdad o la verdad es la que es. No hay forma mejor de definirla. Y esta manera de hablar tiene resonancias bíblicas, por lo que puedo permitirme sin apenas licencias literarias ni metafísicas la identificación de la Verdad con Dios.

La unidad y lo ilimitado


Una extensión ilimitada no debería conllevar una contradicción, ya que parece que algunas cosas pueden demostrarse a partir de ella, por ejemplo, que dos líneas rectas ilimitadas en el mismo plano que no sean paralelas tienen un punto en común. Y esto no puede ser dicho de las limitadas. Lo que afirmamos de ellas, sin embargo, es que es posible que sean prolongadas hasta que interseccionen.

* * *

Llamamos "mundo" al agregado de todos los cuerpos, el cual, si es infinito, no es ni siquiera un ente, así como no lo son ni una línea recta infinita ni el mayor número posible. De modo que Dios no puede ser concebido como el alma del mundo: no como el alma de un mundo finito, pues Dios mismo es infinito, ni como la de un mundo infinito, dado que un cuerpo infinito no puede ser concebido como un ente; luego, lo que no implica una unidad en sí mismo no tiene forma substancial, y por consiguiente carece de alma. En este caso Marciano Capella acierta al llamar a Dios una inteligencia extramundana.

Leibniz.

sábado, 7 de julio de 2007

Lágrimas del Cielo















Sciolto-Havean-Dallalte-Sponte.mp3


Amanti, che dite?
Sospirate, piangete,
lagrimate, fuggite,
fate quanto sapete
non si cangia, in Amor, Fortuna o Fato.
Ahi, ch'è sempre infelice, un sventurato.

viernes, 6 de julio de 2007

La hez de la Tierra


Conocer el mal y no conocer el remedio sirve de poco. Conocer el remedio y desconocer el mal es todavía más inútil. Pero habrá quien no esté al corriente ni del mal ni del remedio. Ése ya está ardiendo.

Es por ello que me resulta difícil no ver a paganos y ateos como cuasihombres, a muchas mujeres como infranimales y a todos los afeminados como submujeres.

jueves, 5 de julio de 2007

El (pseudo)problema del mal


Sólo puedes justificar o condenar si das a los fines un papel en tu metafísica. El problema del mal -que los ateos objetan a la pretensión del demiurgo- se limita a enunciar que el fin condena a los medios, en lugar de justificarlos. Que lo que se llega a ser es peor que lo que se ha sido; que la naturaleza sufre una degradación moral.

Y yo os digo: estáis en lo cierto, todo esto sucede. Pero sólo en el hombre, capaz de afeminarse e infranimalizarse mediante la inteligencia, no a pesar de ella. Mientras el mundo de los fenómenos va a más, el mundo de los sujetos, el de la razón, va a menos conforme aumentan los nacimientos. Por este motivo el problema del mal es susceptible de reducirse al del origen del pecado.

Eva


¿Las mujeres son malas por culpa de los hombres? Es una verdad a medias, pero nada obviable. En mi opinión el carácter pésimo de la mujer radica en no ser mala por sí misma, es decir, en pecar débil pero necesariamente, salvo que se la someta.

miércoles, 4 de julio de 2007

Moraleja




Una mofeta macho con acento francés (golpe bajo de la Warner) se enamora de una gata a la que por accidente pintan una franja blanca en el lomo. La mofeta persigue a la gatita porque cree que es una mofeta. Pero la gata no quiere participar en el cortejo dado que sabe que no lo es, aunque desconoce el motivo del enamoramiento. Si alguno de mis affaires frustrados tuviera que parodiarse, yo elegiría estos dibujos. Muestran, por un lado, la simpatía injustificada –casi accidental- de los hombres por las mujeres; y, por el otro, la ignorancia de éstas sobre las causas de nuestro afecto, así como su tendencia innata a despreciarnos y a no someterse.

PS: La franja blanca es el alma.

Lamentaciones




Omnes-amici-eius.mp3

martes, 3 de julio de 2007

Cuando el río suena


- El hombre y la mujer son iguales en su fuero interno, pero dadas las diferencias de sus facultades, el hombre resulta superior en el trabajo y la vida de relación; la mujer sólo descubre su dignidad al casarse y por llevar a cabo los deberes que dicha situación le impone. Toda otra igualdad es falsa.

- Joven, si tienes deseos de casarte tienes que saber que la primera condición para un hombre es la de dominar a la mujer y ser su amo.

- Toda mujer que sueña con la emancipación ha perdido, ipso facto, la salud del alma, la lucidez del espíritu y la virginidad del corazón.

- El día que el legislador conceda a las mujeres el derecho al sufragio será el día de mi divorcio.

- La humanidad no debe a las mujeres ninguna idea moral, política, filosófica...El hombre inventa, perfecciona, trabaja, produce, alimenta a la mujer. El papel de la mujer en las letras es el mismo que en la manufacturación, sirve allí donde el genio no está de servicio, como un pistón, como una bobina.

Proudhon


lunes, 2 de julio de 2007

Un poco de nominalismo


DP: Por "ente" me refiero a ti, a mi, a un perro, a un átomo, es decir, todo lo que existe por sí mismo, que es real (a diferencia de los irreal, que existe sólo en cuanto pensado).

Me pregunto qué hace que decidas cuándo algo es un ente o infinidad de ellos.


DP: ¿Qué quieres decir con que "Un nombre no es nada, salvo que sea un sujeto."

Quiero decir que, salvo que se le pueda aplicar con propiedad un predicado, los nombres no expresan realidades, sino imaginaciones. "El movimiento" no es nada; A moviéndose hacia B es algo. "El contacto" no es nada; A entrando en contacto con B es algo.


DP: Creo que empiezo a verle las orejas al lobo... sujeto y predicado son distinciones mentales, pero en la realidad es todo una unidad concreta.

No podrías haberlo dicho mejor, de querer decirlo al revés. Sujeto y predicado son distinciones reales, mientras que la realidad (¡un nombre asubjetivo!) es puro objeto de nuestra imaginación. Sin sujetos en ella la realidad no sería absolutamente nada. Nada sucedería. Pero es una abstracción y una quimera pensar que tal es posible. Y, sin embargo, en esa premisa "antianimista" descansa el pensamiento ateo.

domingo, 1 de julio de 2007

El cuerpo de las mujeres


He pensado en la distinta consideración que tiene el propio cuerpo para el hombre y para la mujer. El cuerpo de un hombre es un fin para el hombre, por lo que busca conservarlo. En cambio, el cuerpo de una mujer es un medio para la mujer: busca transformarlo para lograr algún propósito, normalmente sexual.

Las clínicas de cirugía estética hacen su agosto con las mujeres, no con los hombres. El mercado de los cosméticos se hundiría sin ellas. Y, salvo para quien guste reducirlo todo al contexto cultural o socioeconómico, está claro que históricamente las féminas se han acicalado muchísimo más que los varones. Un hombre a lo sumo quiere mantenerse, reconocerse como antaño en su apariencia. Digo "a lo sumo" porque tampoco es habitual en él una excesiva preocupación por estos temas, siempre que su salud no se vea gravemente afectada. Pero la mujer pretende remodelarse, construirse de fuera hacia afuera. Su autoimagen no es otra que la imagen que los demás tengan de ella.

Ahora bien, si el cuerpo de la mujer es un medio para la propia mujer, entonces no ostenta su propiedad moral, pues somos propietarios de aquello a lo que no hemos renunciado en favor de otra cosa. El ciudadano renuncia a su autotutela para obtener derechos; el obrero a su fuerza de trabajo para hacerse con el salario; la mujer a su cuerpo para ser admirada y poseída.

Un cuerpo sin propietario es un cuerpo sin alma. ¿Significa eso que tal condición es definitiva? No: el ciudadano puede rebelarse o exiliarse; el obrero puede despedirse; está en manos de la mujer casarse.

He aquí la tesis de la inconsistencia psicológica femenina. Es un lugar común que las mujeres se arreglan más que los hombres y, si pueden, se transforman de arriba abajo. Una mujer, incluso sintiéndose deseada, necesita renovar su atractivo para multiplicar su abanico de amantes potenciales. De ahí su esmero en cambiar de vestuario, de complementos, de maquillaje, de peinado, de color de pelo, de piel y de uñas, de peso, de forma y de olor. La identidad, que en los hombres se sustenta en el principio de realidad, nace en ellas subordinada al principio del placer. El placer de una mujer consiste en ser sometida.

Afrenta al buen gusto


Un moralista es como un pintor descortés que se ocupara de enfatizar sólo las arrugas y manchas de la piel del retratado. Pondría una mueca donde los demás vieran una sonrisa; y en lugar de unas pupilas serenas, dibujaría otras donde el centelleo violento turbara la mirada. Pero, así como el cínico o bien se recrea en la fealdad y la estiliza cómicamente, o bien la sume en el absurdo de la circunstancia, él la deplora hasta hacerla insoportable, extendiéndola sin concesiones a todos los tipos humanos.