sábado, 27 de agosto de 2022
viernes, 26 de agosto de 2022
jueves, 25 de agosto de 2022
Y si alguno dijera que aun el uno, sin padecer nada y por el hecho de sumársele otro, ya no sería uno, sino dos, no hablaría acertadamente. Porque no es el uno el que se hizo dos -ni el uno al que se le sumó el otro ni el uno que se sumó-, sino que cada uno de los dos permanece tan uno como era, sólo que el dos se predica de ambos juntos, mientras que el uno se predica de cada uno de los dos en cuanto siguen separados. El dos y la díada no consisten, pues, por naturaleza en una relación. Si el dos resultara de la unión y la unión se identificara esencialmente con la producción de dos, el dos y la díada consistirían sin duda en la tal relación. Pero, de hecho, el dos reaparece en el fenómeno contrario, ya que, al partirse una cosa una, se hace dos. El dos no es, pues, ni unión ni partición, como para poder ser relación. Y el mismo razonamiento es valedero para todo número. Porque cuando es la relación la que produce una cosa, es imposible que la relación contraria produzca la misma cosa de tal manera que esta cosa se identifique con la relación.
Plotino
martes, 23 de agosto de 2022
Si no hay "uno", tampoco hay "otro". Nada es uno ni otro, nada es hombre ni no-hombre, y nada existe verdaderamente o, por mejor decir, nada existe en absoluto. Puesto que lo que existe aparentemente lo hace gracias a lo que existe verdaderamente.
Si, pues, ni siquiera es posible pensar algo sin el uno, o sin el dos, o sin algún número, ¿cómo puede dejar de existir aquello sin lo que no es posible pensar o decir algo? Porque decir que no existe lo que, si no existe, ni siquiera puedes pensar o decir una cosa cualquiera, no es posible, antes bien lo que se precisa en cada caso, para la formación de todo pensamiento o lenguaje debe existir previamente al lenguaje y al pensamiento, porque así es como puede ser utilizado para la formación de los mismos.
Hay que admitir, por tanto, que, en general, todo atributo que se predique de una cosa o le viene a esa cosa de otro o es un acto de esa cosa. Y si es de tal naturaleza que no esté unas veces presente y otras ausente, sino que esté siempre con aquella cosa, si aquella es sustancia, también el atributo será sustancia, y no menos sustancia que aquella. Pero si no se nos concede que sea sustancia, en todo caso será del número de los entes y será ente. Y si aquella cosa puede ser concebida sin su acto, no por eso el acto dejará de ser simultáneo con aquélla, aunque colocado por nuestra mente como posterior a ella. Pero si la cosa no puede ser concebida sin aquel atributo -por ejemplo el hombre no puede ser concebido sin su unidad- entonces el atributo o no es posterior a la cosa, sino simultáneo, o es anterior a ella, para que por él pueda existir ella. Pues bien, nosotros decimos que la Unidad y el Número son anteriores a los Seres.
Plotino razona así:
- Todo atributo de un ente es o bien acto del ente o bien acto de otro ente.
- Si un ente no puede ser concebido sin dicho atributo, como el hombre no es concebible sin su unidad, el atributo será el acto de otro ente, pues el ente no puede obrar antes de ser. Asimismo, tal atributo será simultáneo o anterior al ente.
- Puesto que múltiples entes no pueden ser concebidos sin su unidad y existen en tiempos distintos, se sigue que la unidad es anterior y preexiste a todos ellos.
lunes, 22 de agosto de 2022
domingo, 21 de agosto de 2022
viernes, 19 de agosto de 2022
miércoles, 17 de agosto de 2022
Cuanto es inherente al ser de Dios y concierne a su naturaleza ad intra, como su eternidad o infinita perfección, está afectado por la necesidad, al ser su objeto necesario.
Decir "Es imposible que lo imposible sea" entraña una contradicción, ya que si nada es imposible, entonces es posible que lo imposible sea. Y si algo es imposible, entonces es posible que lo imposible sea. Por tanto, es posible que lo imposible sea.
Si alguien pretendiera que las partes del universo no son reales, negaría el movimiento y la misma filosofía natural, pues sin movimiento no puede haber ciencia física. Bajo esta premisa no habría que dar valor de verdad al hecho de que lo anterior preceda a lo posterior, razón por la cual todo cuanto acaece en el universo sería un fenómeno absolutamente inexplicable. Por tanto, una de estas dos es una ilusión: o que el universo es explicable o que el universo es necesariamente uno.
Conviene al fuego iluminar y calentar, porque ello pertenece a su naturaleza, pero tal no implica que el fuego carezca de aquello a lo que tiende su obrar, pues es obvio que el fuego en sí no carece ni de luz ni de calor. Del mismo modo, conviene a Dios crear el mundo aunque Dios no carezca de nada. Así como una esfera no es más esférica cuando su radio se multiplica por cincuenta, la divinidad no es más divina cuando crea.