miércoles, 17 de agosto de 2022


Campanella prueba la existencia de Dios y la inmortalidad del alma mediante este razonamiento:

- La parte no puede superar al todo.
- La mente puede concebir el universo finito y el mismo infinito. Por tanto, la mente supera al universo.
- Por consiguiente, la mente no es parte del universo, sino que participa de Dios.

Si consideramos el mero hecho de que es capaz de concebir lo infinito, debemos concluir que la mente ya supera al universo material, que es finito y se compone de partes finitas. Por concebir algo entiendo poder representar dicho ente y su contrario. Así, concebimos lo oscuro porque contamos con la noción de lo claro. Semejantemente, alcanzamos noticia de lo inmóvil por lo móvil, de lo injusto por lo justo, etc. Por ello es legítimo afirmar que nuestras concepciones de la claridad, el movimiento y la justicia son perfectas aunque no tengamos un conocimiento actual de todos los modos en que la luz refracta, de todos los movimientos que acaecen o de todos los juicios morales que han sido, son y serán. De estos fenómenos innumerables e indeterminados poseemos un conocimiento potencial, contenido en su concepto, por lo que sostengo que concebir equivale a contener lo que es racional en un ente. De ahí que la experiencia no nos enseñe nada nuevo, limitándose a concretar lo que ya sabemos.

Sin embargo, la mente no puede concebir a Dios siquiera de un modo imperfecto, ya que Dios es la unidad trascendente sobre la que nada positivo puede afirmarse, salvo que es el que es, al serlo todo y carecer de contrarios.

Podemos decir de Dios que es bueno, grande, eterno, etc., pero todas éstas son cualidades derivadas de su ser Uno, esto es, de su carecer de contrarios. Así, puesto que Dios es Uno, es uno y múltiple, porque es uno en lo múltiple.

De modo semejante, decir que Dios es creador en sentido absoluto es falso, pues Dios es creador en el tiempo y no es creador en la eternidad. Si Dios fuera siempre creador, la creación sería eterna. Siendo ésta temporal, se sigue que Dios no es siempre creador, por lo que tan cierto -y tan falso- es afirmar que es creador como lo contrario.

Ahora bien, si un ser es bueno y malo (porque contiene y causa toda la bondad y toda la maldad), grande y pequeño (porque contiene y causa toda grandeza y toda exigüidad), eterno y temporal, etc., ¿no concluiremos que es mejor no decir nada de él en sentido absoluto, ya que trasciende todos estos conceptos? ¿Acaso diremos que sabemos qué es Dios sin tener una noción de qué no es Dios?

Afirmar que el contrario de Dios es la nada equivale filosófica y gramaticalmente a aseverar que nada es el contrario de Dios.

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