La paradoja de Plotino es que entiende al Uno como acto puro que es al mismo tiempo potencia de toda realidad segunda. Siendo acto sin potencia es potencia de lo que es potencia sin acto. Así pues, en el orden de lo creado todo acto es asimismo potencia de un acto ulterior, por lo que no es acto en sentido eminente. De modo semejante, todos los seres creados son uno en tanto individuos y son a su vez parte de un ser mayor, por lo que no son uno en sentido eminente.
Dios es la posibilidad de que el ser se concrete en la nada.
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