Hay muchas conductas religiosas socialmente dañinas, como el fanatismo suicida, que sin embargo perviven. Y si la religión es sólo un efecto más de la complejidad de nuestro cerebro, ¿por qué está tan extendido, a diferencia de otros efectos mucho más infrecuentes? La solución es sencilla, pero exige algo de valentía antiempirista: reconocer a Dios como idea innata y como fundamento de la moral de los pueblos.
Si prescindimos de esta asunción metafísica, la evolución no explica aquí casi nada que no sea obvio.
jueves, 22 de mayo de 2008
Algo plausible
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2 comentarios:
¿Es Calvino quien habla del sentido de Dios?
Hola, Tumbaíto.
Sí, el "sensus divinitatis", que también está en Agustín ("Nos creaste, Señor, para ti..."), en Boecio y en otros Padres de la Iglesia. Al ser una noción eminentemente platónica, quedó oscurecida por Aquino, que prefería inferir a Dios desde el orden de las cosas.
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