miércoles, 14 de febrero de 2007

Turing versus Cristo


Prosiguiendo con las distinciones, lo que separa al hombre de la máquina es lo mismo que abisma al creyente del ateo: la fe en la verdad. La máquina, como el ateo, procesa verdades sin sentirse vinculada a ellas. Lo falso es omitido y jamás contemplado por ambos, con lo cual lo verdadero pasa a ser sinónimo no ya de lo pensable, sino de lo pensado.

La contradicción es muerte para la máquina y vida para el hombre. El hombre es el único ser que puede vivir representándose la contradicción, a diferencia de la máquina, que automáticamente deja de funcionar cuando algo así sucede. Representarse la contradicción en el hombre significa tener idea de la verdad y, al mismo tiempo, de su opuesto, la falsedad. Hay que ser libre para adherirse a lo uno y para renunciar a lo otro. Por este procedimiento -obra y gracia de la fe- la verdad pasa de ser atributo -"esto es verdad"- a ser sujeto -"la verdad es esto".

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Disculpe, irichc, mi retraso. Dijo Vd. lo siguiente:

"si tu única sustancia era el cuerpo, y tu cuerpo ha cambiado totalmente, se sigue que tu sustancia ha cambiado por completo. no sólo sus atributos periféricos."

Podría incluso decirse que, aunque no hubiera cambiado el cuerpo, ya no será el mismo, aunque sí igual. La pluralidad propia del tiempo dividiría ese cuerpo inmutable en lonchas cronológicamente distintas aunque iguales.

Más aún: esa pluralidad numérica afectaría también a toda realidad "simple" si ésta se da en el tiempo.

Un cordial saludo.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Hola, Gengis.

¿Crees que el tiempo puede cambiar sin afectar realmente a los cuerpos y, por tanto, a mi cuerpo?

Anónimo dijo...

Preciosa la interruptura; felicidades, pues, al interrumpido.

No entiendo el concepto de 'cambio del tiempo'. Pero, sea cual sea su significado, respondo, confieso que con cierto automatismo profesional, que, al darse todo fenómeno, corporal o no, en el tiempo, el modo de ser de éste ha de afectar a aquél, incluido mi cuerpo.

(Es admirable la densidad y tensión de tu pensamiento.)

Un saludo.

Dark_Packer dijo...

Aunque yo más bien voy por el lado de los argumentos que afirman la conciencia (para distinguir el hombre de la máquina), me pareció interesante distinguirlos por la "fe en la verdad": la máquina tiene programado (impuesto) la aceptación de la verdad, pero el ser humano puede rechazarla (incluso puede negar la evidencia), así esa "fe en la verdad" sería un punto interesante para hablar también del libre albedrío humano en su aspecto más radical.

Fernando G. Toledo dijo...

DARK:
"la máquina tiene programado (impuesto) la aceptación de la verdad, pero el ser humano puede rechazarla (incluso puede negar la evidencia), así esa "fe en la verdad" sería un punto interesante para hablar también del libre albedrío humano en su aspecto más radical."

Una máquina puede programarse para muchas cosas, a partir de Turing. Incluso para lo que creés dar por resuelto al decir tozudamente que "no puede". El rechazo o la aceptación aparecería así tanto como aparece en los humanos, y el libre albedrío seguiría apareciendo, claro, en el casillero de las altas ficciones.