viernes, 20 de junio de 2008

Animales, mujeres


Si las mujeres estuviesen dotadas para llevar las riendas de la política, no sería preciso que se tomaran la molestia de convencernos de su derecho, que ya les habría sido reconocido tiempo ha. Deducir, por otro lado, que el hombre debe su supremacía histórica a una mayor fuerza muscular y agresividad es una estupidez propia de quien íntimamente cree que las fieras habrían de gobernarnos.

7 comentarios:

Dark_Packer dijo...

El problema es que las mujeres no sólo son capaces de ocuparse de la política, sino también de concebir, parir, amamantar, etc, lo cual deja menos margen para la política.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Eso las que conciben, paren, amamantan... que no son todas. Y el hombre también tiene sus lastres biológicos. Por ejemplo, el de seducir mujeres, actividad a la que dedica muchísimas energías.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Lo bueno que tienen las mujeres es que pueden ser lectoras de un blog como éste y no guardarte rencor, al menos no el día de tu cumpleaños. Aporto pruebas recientes.

Dark_Packer dijo...

No te fíes, que la te pasa el brazo por la espalda tiene los dientes preparados para morderte la yugular.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Ja, ja, ja.

Klaus Meyer dijo...

¿Hablamos de que las mujeres están dotadas (o no) para "llevar las riendas de la política" (gobernar, supongo) o de participar en la política?

Por otro lado, ¿están tratando de convencernos (a quién) de su derecho o están reclamando su ejercicio (pues el derecho ya lo poseen)?

Tercero, ¿no se les ha reconocido? ¿Quién(es) no lo han hecho (o deberían hacerlo? ¿Hasta que no se les reconozca el derecho (a gobernar o a participar) no lo poseen?

Saludos.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Reformulo el argumento:

1) No hay un derecho natural a gobernar. Gobierna el que sabe relacionarse mejor socialmente o el más afortunado.

2) Las mujeres son gobernantes atípicas, y ello no puede deberse siempre a una imposición violenta (por el punto 1).

3) Por tanto, las mujeres, en términos generales, no son aptas para el gobierno.