miércoles, 4 de abril de 2007

Erudito de garrafón


San Epifanio, por ejemplo, no reconoció tal evangelio [de Juan] (lo cual, a lo que se ve, no constituyó un obstáculo para que llegara a ser santo).

A. Fernández Tresguerres en el Catoblepas


San Epifanio de Salamina, autor del Panarion ("Contra todas las herejías"), escribió en dicho libro un capítulo significativamente titulado "La secta que no acepta el evangelio de Juan o su Apocalipsis". A estos herejes los llama "paganos, horribles, embusteras serpientes de judío linaje", así como "Alogoi" (irracionales). Traduzco para que se compruebe hasta qué punto les tenía cariño y compartía su perspectiva:

Estos Alogoi -pues así los llamo yo- rechazan los libros de Juan. Y ya que no aceptan la Palabra [=logos] predicada por Juan, refirámonos a ellos como Alogoi.


Con la exhibición de tal metedura de pata, y sólo con eso, bastaría para mostrar lo indocumentado y estúpidamente arrogante del articulucho de Fernández Tresguerres (búsquelo quien quiera examinarlo entero). Pero no descarto encontrar más perlas en el decurso de la lectura.

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