sábado, 26 de mayo de 2007

Cristianos especulares


Son tres las torres fortificadas del cristianismo, visto como religión razonable:

1) El pecado original.

2) El libre albedrío.

3) El orden de lo mejor.

El ateísmo puro, pues, se ve a obligado a sostener la metafísica inversa, a saber:

1) La inocencia original o "tabula rasa".

2) El siervo albedrío o hado.

3) El caos, o el orden de lo peor.

Pero estos principios arrojan una aporía:

El mal moral es necesario (2), ya que es congruente con el mal físico (3), aunque incongruente con el bien metafísico (1).


PS: Para no incurrir en excesiva oscuridad terminológica, defino el pecado original como la resistencia irracional a nuestra idea innata de bien. Lógicamente es una noción coja para quien no conceda validez a dicha idea (relativistas) o a su condición de innata (empiristas).

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