Si avergonzarse es la esencia del hombre, su peor pecado ha de ser prescindir de ese sentimiento innato.
A la mujer se le pide sumisión y nada más. Al hombre nada más que vergüenza. Una mujer insumisa es infrahumana, como un hombre desvergonzado es una bestia subordinada a las que las que reptan.
Someterse a lo corporal y seguir a lo espiritual, mujer y hombre respectivamente. De cada cual según su capacidad; a cada cual según sus necesidades.
miércoles, 13 de junio de 2007
Lo habéis adivinado
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Me ha dejado descolocado Vd., pero…
Ahora se me viene a la memoria aquello tan trillado del eterno femenino y el eterno masculino, de lo positivo y lo negativo, de lo activo y de lo pasivo….del espíritu y de la materia
Al fin y al cabo la sumisión es un acto pasivo,...la oscuridad,...la materia oscura; y la vergüenza es un acto activo. ¿pero son todos los hombres plenamente activos y todas las mujeres plenamente pasivas? ¿Cómo seria el ser androgeno?...Y el verbo se hizo carne… ¿carne de su carne?
Mujer es aquella que tiene genitales femeninos, aunque hay mujeres más masculinizadas que otras. La masculinización de la mujer consiste en ser más agresiva, y la feminización del hombre en ser más verbal. Es curioso que nosotros tomemos lo mejor para potenciarlo y ellas lo peor para degradarlo. Pero no debemos despreciar a las mujeres, que son parte insustituible del Plan. Gloria a Dios por encima de todo.
Publicar un comentario