Escribí esto hace cinco años:
El correlato físico-causal que precede y convierte en factible toda acción libre es su condición necesaria, no su condición suficiente. De no ser así, bastaría que se dieran las condiciones físicas del acto para que éste se realizara, siendo nuestra consciencia un efecto derivado de su consecución (*). ¡Y sin embargo la consciencia preexiste a la ejecución del acto, dirigiéndolo eficazmente en su curso! ¿Cómo sería posible si tuviera que ser su efecto, por definición posterior a la causa? Y si no es causa ni efecto, ¿qué diremos que es? ¿No es del todo conveniente presuponer aquí un principio regulador (el alma) que decide qué hacer sin estar absolutamente sujeto a las causas eficientes?
(*) Hoy habría dicho "una propiedad emergente".
9 comentarios:
Khun Irichc:
Como Simbol te comento en el pasado reciente, debo decirte que el tema de la consciencia esta siendo estudiado en mucho detalle (ver por ejemplo lo que sigue en relación a reacciones provocadas por racismo): http://209.85.135.104/search?q=cache:7GkEPdjZPUMJ:www.psych.nyu.edu/amodiolab/Amodio_%26_Devine_(2005).pdf+conscience+arises+milliseconds+after&hl=en&ct=clnk&cd=3)
Parece que hay diferentes tipos de consciencias y, sobre todo, que esta se activa unos 500 milisegundos después del acto. Esto es muy importante pues significa que es solo una ilusión el querer hacer algo voluntariamente.
Por supuesto que esto desafía la sensación que uno tiene y milenios de convicciones en otra dirección. Sin embargo es una evidencia mas que se suma a las numerosas presentadas por la ciencia y que destruyen el concepto/ilusión del libre albedrío.
Estos estudios son un buen ejemplo de cómo tirar el dinero en investigaciones inútiles. En realidad no están diciendo más que esto: la consciencia no alcanza una percepción clara del acto que va a realizar hasta transcurrido medio segundo desde su incoación. ¿O tal vez intentan decirnos que no dirigimos nuestros actos, sino que amoldamos nuestra voluntad a impulsos y movimientos reflejos sobre los que no tenemos ningún control?
Exactamente. Aunque parezca mentira es eso lo que las experiencias sugieren y ha habido muchas mas. Espero que Simbol tenga algunas en la manga y vea este comentario.
¿Crees que un impulso ciego puede estar guiando mi pluma ahora mientras mi inteligencia lo contempla y convierte el hecho en falsa biografía? Y luego decís que no tenéis fe.
En cierto modo esto que propones es una armonía postestablecida. El cuerpo y el alma seguirían su marcha por senderos paralelos; uno en el mundo de las causas mecánicas, la otra en el de las apariencias del discurso, subordinándose puntualmente al primero para mantener el ajuste actualizado.
irichc:
Un sujeto observa las cosas "desde fuera", como partes de su no-yo, sobre las que no tiene influencia directa, mientras que observa que hay algo que está regido inmediatamente por su yo y lo observa también "desde fuera". Pero tiene, además, una conciencia que es la propia percepción, el propio interior del yo.
Cuando decidimos no podemos hablar de causas espirituales de efectos materiales ni causas materiales de efectos espirituales. Es decir: no podemos hablar de que una materia hace sentir a un espíritu o que un espíritu hace moverse a una materia.
No vemos eso.
Vemos lo mismo, pero "desde fuera" o "desde dentro" a través de nuestra percepción o a través de nuestra intuición de nuestro propio yo.
La decisión se basa en conocimientos y preferencias. Yo sólo puedo decidir beber agua si sé que hay agua y si prefiero beber que no hacerlo. Los datos son los estados de conciencia efectos de causas externas, la luz o lo que influya en nuestros sentidos. La preferencia es algo que viene dado en parte por nuestra "arquitectura" y en parte, posiblemente, por nuestra historia.
La causa final sólo es la conciencia de nuestra propia intención, de algo que relaciona nuestros datos de percepción (tengo esto delante de mí) y memoria (esto me gustó), nuestra forma de evaluarlos comparativamente (prefiero el vino a la cerveza) y de integrarlos en una acción (dirijo mi mano a la botella de vino). Es ver un proceso desde dentro. Pero si tuviéramos o llegáramos a tener, como creo que podremos en un futuro, conocimiento del estado de un cerebro en detalle y de los datos que tiene archivados y los que le llegan, podríamos explicar el acto (como movimiento) como resultado de los estados anteriores del sujeto y de los datos que le llegan. Y eso sería idéntico a lo que el sujeto percibe.
Es absurdo imaginar la decisión, la libertad o libre albedrío como algo ajeno a la realidad conocida o independiente de ella. No decidimos por absurdo sino por datos. Decidimos no meter la mano en el fuego porque es doloroso o, como Mucio Scevola, sacrificar nuestra mano por un fin superior. O a veces, el curso de nuestra acción está determinado por impresiones sin orden, momentáneas e irracionales. Pero esa irracionalidad no es ausencia de causas sino desorden, imprevisibilidad de un sistema compuesto de un número enorme de elementos. Caos determinista.
surscrd
Khun Pwan Irichc
Primero debo decir que concuerdo con lo que dice Sursum, sobre todo al final.
Segundo debo senialar que la desesperanza del poeta que reflejas es comprensible pero algo sensiblera (aunque la forma es siempre bella). No se trata de tener fe sino de aceptar los resultados de las experiencias científicas. Esta es una acusación que los creyentes lanzan a menudo a los ateos y su supuesta "fe" atea. A diferencia de la verdadera fe, la que desafía la razón y la evidencia, de lo que se trata en este y muchos otros casos es, como dije, la aceptación e interpretación de resultados experimentales que obedecen a un método riguroso de verificación y corresponden a un marco teórico expresado en lenguaje científico o matemático. No hay nada de fe en ello.
No desesperes porque tu condición no es exclusiva. Es mas, la ilusión de libre albedrío tiene sentido practico y científico. Buscare mas información al respecto.
Contesto en un post nuevo.
Voy a post nuevo.
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