miércoles, 7 de noviembre de 2007

Prudencia del más viejo


He estado pensando cuál podría ser la diferencia entre religión e ideología. He aquí mi respuesta: la ideología da una explicación (equivocada) del origen del mal; la religión no la da.

4 comentarios:

Emmaskarada dijo...

Que explicacion equivocada da la ideologia del origen del mal? Cuenteme esa historia por favor.

Dark_Packer dijo...

Emma, creo que la explicación equivocada es pretender dar una explicación. Si definimos por "bien" como "todo lo que apunta hacia una finalidad adecuada", el mal sería "todo lo que no apunta hacia una finalidad adecuada", es decir, que no tiene sentido en sí mismo, pues no tiene un motivo último, y por lo tanto tampoco tiene una explicación completa.

Irichc, si te fijas en el Catecismo de la Iglesia Católica verás que dice (cuando habla de Dios Todopoderoso) que la cuestión del mal al final no se resuelve si no es a través de la fe; y la fe no lo resuelve dando una explicación racional, sino venciendo ese mal en la persona de Jesucristo. Todo esto quiere decir que la teodicea sin la fe, no convence, porque al fin y al cabo el mal no se explica. El maldito Hegel lo que hace, al explicar racionalmente el mal en su sistema, es reducir la voluntad a la razón.

Tu blog mejora a pasos agigantados, felicidades.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Emma,

Antes que nada, señalar que me refiero al mal moral y no al mal metafísico, que sí tiene una explicación y hasta una justificación, cifrada en el principio de razón suficiente. Lo inexplicable es, pues, el mal intencional, no el inherente a la finitud de las cosas en un orden dado.

Ha habido varias formas de racionalizar el mal, como ya insinué en un post de septiembre ("Antinomias de la moral"). Éstas podrían resumirse en tres:

1) Morales socráticas: el mal es ignorancia. Ahí cabría incluir a la moral budista, aunque desde una tradición paralela y diferenciada.

2) Morales materialistas: el mal es un defecto o padecimiento del cuerpo.

3) Morales marxistas y, en general, economicistas: el mal es una ineficiencia social.

Sin embargo, un hombre sano, sabio y ciudadano de una comunidad justa no está exento de hacer el mal. Esto puede parecernos una evidencia, ya que la historia reciente y la crisis de las utopías nos han vuelto pesimistas, pero no fue vista así por nuestros antepasados. Haberlo previsto desde la interpretación del relato inicial del Génesis es, a día de hoy, el último triunfo de la religión cristiana.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Dark, si no me equivoco, la Iglesia se refiere a esta problemática con el nombre de "mysterium iniquitatis".

Gracias por tus ánimos.