miércoles, 19 de octubre de 2011

El misterio más cercano, el más lejano




Hace casi cuatro años que orbito en derredor de esta idea: ¿Qué es lo esencial en el hombre? Es la conciencia de haber perdido algo que se mereció y ya no se merece; es aprobar lo bueno y preferir lo malo; es ir en pos de la propia sombra, y es la vergüenza por existir.

El hombre no es esencialmente racional, porque yerra por su propia voluntad, y querer está en su esencia, hasta el punto de que es correcto afirmar que alguien es -antes que lo que hace- lo que intenta y desea. Pero, por la explicación inversa, tampoco resulta esencialmente irracional.

La esencia del hombre, entonces, es la escisión, la herida, el desdoblamiento, la caída. ¿Cuándo cae el hombre? Cuando está a cierta altura. ¿Respecto a qué? Respecto al animal. Por tanto, el hombre ya es hombre antes de caer, porque conoce a Dios, y cae sin embargo, porque no se conoce a sí mismo.

2 comentarios:

Enrique Arias Valencia dijo...

Excelente síntesis de la condición humana. El mito de la caída expresa lo inexpresable. por eso me asumo como ateo católico, antes que como simple ateo.

la ciencia no puede explicarlo mejor.

Saludos.

Anónimo dijo...

el hombre no es irracional por errar voluntariamente. Tal vez es, si realmente lo es, estúpidamente racional. Luego esencialmente racional.