viernes, 11 de mayo de 2007

También yo fui ateo


Quisiera aprovechar este espacio que me dedicas para deshacer un tópico referente al Nietzsche 'ateo'. La grandeza de Nietzsche no consiste en haber destruido el cristianismo como doctrina, por lo demás ya muy tocada desde los tiempos de la Ilustración, sino en MOSTRAR el germen de destrucción que el mismo cristianismo contiene. Nietzsche no acaba con el cristianismo, sólo dice: 'mirad, el rey va desnudo'; pero ese rey tiene súbditos (la verdad y su comedia de gesticulaciones) que se afanan en mostrarlo vestido (disfrazado) ante nuestros ojos.


Seis meses más tarde iba a rectificar mi parecer, ahora sí, para siempre:

1) Toda verdad remite a otra. De lo contrario, el límite de la verdad sería una no-verdad, en la que aquélla encontraría su comienzo y su fin. Lo falso engendraría a lo cierto, y lo cierto a lo falso.

2) Las verdades, pues, sean cuales sean, nos conducen, mediante un encadenamiento infinito, a la Verdad suprema e inalcanzable, que es Dios.

3) Afirmar una sola verdad que sea tal, y no sólo de nombre, supone negar el límite que la cancelaría, afirmar la infinitud de la progresión y, por consiguiente, afirmar a Dios.

...


Aquí puede leerse el resto de la entrevista que me hizo un amigo en 2001.

No hay comentarios: