sábado, 1 de agosto de 2009

Diseño y causalidad




Leo este sugerente artículo, del que destaco la mención a Fibonacci y a la proporción áurea. Espero la segunda parte, puesto que en ésta todo se ha quedado en una especie de prólogo impreciso.

La tesis principal que se defiende, a saber, que es posible un diseño sin diseñador, me resulta algo inquietante. Se nos dice que estas replicaciones racionales que tendemos a atribuir a inteligencias de tipo personal son fruto del azar, entendido como ausencia de propósito coherente. Pero poco más tarde se añade que dicho azar consiste en perseguir un fin como la "búsqueda de estados de mínima energía", "ocupar el menor espacio posible", etc. ¿Qué tiene esto de azaroso? ¿Por qué la naturaleza, toda ella un derroche, debería ser tan ahorrativa? ¿Por qué sus partes tienden a perseverar en un determinado estado en lugar de fluctuar continuamente?

Desde un prisma evolucionista podría argumentarse que los universos que no siguen unas pautas estables que los autocontengan se subordinan de modo gradual a formas y estructuras más propicias a la permanencia. Por tanto, no vemos lo que hay, sino lo que dichos procesos de selección nos dejan ver, creándonos el sesgo del orden y de unidad (la idea misma de universo) donde sólo se da una ciega competición de la que naturalmente triunfan los elementos más persistentes frente a los más volátiles. Es decir, hablamos en este supuesto de una victoria pírrica y aparente del orden, bajo el que subyacería el caos.

Pues bien, esta teoría es falsa o inútil.

Es falsa porque si el caos y el orden fueran elementos contrapuestos y no enmarcados en un orden más general, estaríamos admitiendo el cosmos dualista de los maniqueos, cuyas dos mitades irreconciliables coinciden inexplicablemente en el tiempo y el espacio. Dicha conclusión es anticientífica y el sano juicio la descarta.

Es inútil porque si todo es caos y el orden sólo una aproximación infinitesimal motivada por el sesgo evolutivo comentado, que también influiría en el organismo del perceptor, la realidad y la verdad son incompatibles, lo que nos condena al escepticismo. Si nada puede saberse, la propia especulación sobre nuestro conocimiento resulta ociosa.

Vemos, entonces, que las mismas fuerzas que niegan el diseño (las causas finales) se oponen al mero orden (las causas eficientes) debido a su no reconocimiento de lo sobrenatural u objetivo (las causas formales).

4 comentarios:

Juan Ignacio Gil dijo...

Ese sí es un punto interesante: ¿por qué la Naturaleza "busca" (aunque atribuir la palabra "buscar" a algo a priori sin mente ni voluntad no sea lo más adecuado) esos estados de equilibrio. La evolución no tiene nada que ver ahí: esas leyes existen desde el principio, y la evolución es un producto de ellas, no al revés. Y no se trata de Orden frente a Caos, porque de hecho la Naturaleza se desplaza siempre hacia lo que llamamos el Caos, los estados de máxima entropía.
¿Por qué el Universo se comporta así? No creo que haya una respuesta, y una explicación fácil sea tu Arquitecto Supremo. Pero la pregunta sigue allí ¿por qué? ¿Por que ese diseñador iba a elegir esas leyes y no otras?

Héctor Meda dijo...

Humm... Irichc, creo que haces trampa en los razonamientos al introducir persuasiones morales o emocionales dentro de una argumentación que se pretendía o imaginé estrictamente lógica.

Por ejemplo, cuando dices que el escepticismo es falso porque entonces la propia especulación sobre nuestro conocimiento resulta ociosa, no entiendo por qué esa posibilidad resulta absurda; aparte del hecho de que no aprehender verdades objetivas no hace inútil el pensamiento pues pensemos que fuimos a la luna con una teoría gravitatoria, la de Newton, que era estrictu sensu falsa y sin embargo el pensar el viaje en ateniencia a los calculos dimanados de aquella falsa teoría no resultó ocioso.

En definitiva, entre un pensamiento Verdadero y un pensamiento ocioso, hay un intermedio de pensamientos pragmáticos.

Otro item, ¿por qué el admitir un orden y caos enfrentados, lo cuál nos llevaría a un cosmos maniqueísta, resulta falso? ¿Lo es sólo por ser maniqueísta? Este punto ya lo entendía peor.

Yo, en definitiva, es que soy más bien fideísta y estando de acuerdo en que no es verdad que el caos y el orden sean elementos contrapuestos y no enmarcados en un orden más general, me muestro, no obstante, escéptico sobre la comprensibilidad de ese orden general: ¿sabes tú hacia dónde va el universo?

Dicho esto, aquí hay un engarze no sé si forzado o no mas no lógicamente necesario cuando mentas al diseño y causalidad en un mismo título y sino piensa esto:
¿por qué el devenir evolutivo a un nivel microscópico, atómico, no pudiera ser aleatorio, en el sentido no definido por ti sino en el de NO humanamente cognoscible, tal que hiciera imposible una previsión de los estadios futuros por los que pasaría la evolución?

Dyson, por ejemplo, que cree en un universo con finalidad, también cree en un universo con Azar auténtico -en el sentido, insisto, de no humanamente incognoscible- cuando habla de que la materia está viva.

En última instancia si crees en que no todo puede ser cognoscido entonces, por fuerza, tienes que creer en el azar pero no tal como la defines, que no me gustó pues al fin y al cabo por ausencia de propósito coherente se entiende y se usa la palabra teleonomía frente a teleología y no azar frente a causalidad, pareja de conceptos esta última que puede participar en cualquier de los conceptos anteriormente mentados.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Hola, Hector.

Pienso, como Wittgenstein, que la lógica no está reñida con las apelaciones morales: the cold steel in the hand of passion. Pero no creo que esto sea muy significativo aquí.


"Por ejemplo, cuando dices que el escepticismo es falso porque entonces la propia especulación sobre nuestro conocimiento resulta ociosa, no entiendo por qué esa posibilidad resulta absurda"

En realidad dije que resultaba inútil, aunque no fuera necesariamente falsa o absurda.


"aparte del hecho de que no aprehender verdades objetivas no hace inútil el pensamiento pues pensemos que fuimos a la luna con una teoría gravitatoria".

El hombre puede dar mil vueltas al universo como el polvo estelar y ser completamente ignorante de aquél. Cuando hablo de ociosidad me refiero a la nos disuade de comprender las causas primeras y la dimensión inteligible de la naturaleza.


En definitiva, entre un pensamiento Verdadero y un pensamiento ocioso, hay un intermedio de pensamientos pragmáticos.

Distingo entre pensamiento verdadero, falso y ocioso. El pensamiento pragmático sólo puede entrar en una de estas tres categorías.


Otro item, ¿por qué el admitir un orden y caos enfrentados, lo cuál nos llevaría a un cosmos maniqueísta, resulta falso? ¿Lo es sólo por ser maniqueísta? Este punto ya lo entendía peor.

Porque donde hay dos clases de substancias y dos clases de órdenes, no conducirse todo lo existente a una causa común, lo que es anticientífico y, hasta cierto punto, antifilosófico.


Yo, en definitiva, es que soy más bien fideísta y estando de acuerdo en que no es verdad que el caos y el orden sean elementos contrapuestos y no enmarcados en un orden más general, me muestro, no obstante, escéptico sobre la comprensibilidad de ese orden general: ¿sabes tú hacia dónde va el universo?

¿Por qué debería ir a alguna parte? Él mismo es un fin, una elección racional entre infinitas posibles. Quienes niegan esta elección, que atribuyen a la necesidad y a la casualidad, niegan el diseño en última instancia, quedándose en una simple y confusa apariencia de diseño.


¿por qué el devenir evolutivo a un nivel microscópico, atómico, no pudiera ser aleatorio, en el sentido no definido por ti sino en el de NO humanamente cognoscible, tal que hiciera imposible una previsión de los estadios futuros por los que pasaría la evolución?

Me hablas de futuro, deja que te hable del pasado. ¿Cuándo empieza la evolución? ¿Cabe hablar de algún estadio previo a ella? Si no hay diseñador y, sin embargo, hay un diseño para todo, nada carece de diseño. Si nada carece de diseño, todo está diseñado desde siempre, con independencia de que dicho diseño sea dinámico y pueda variar en el tiempo. Entonces, la selección natural puede escoger entre un número de diseños dado, pero no puede crear los diseños de la nada, puesto que no hay ningún estado de la materia al que podamos referirnos como "no diseñado". Por tanto, cae la premisa según la cual puede haber diseño sin diseñador.

Un diseño que existe desde siempre no es generado, sino creado. La materia no es capaz de explicar tal génesis por más que se la descomponga, pues es infinito el número de diseños que cada átomo contiene.


Dyson, por ejemplo, que cree en un universo con finalidad, también cree en un universo con Azar auténtico -en el sentido, insisto, de no humanamente incognoscible- cuando habla de que la materia está viva.

Es una conclusión bastante monadológica, ¿no crees?


En última instancia si crees en que no todo puede ser cognoscido entonces, por fuerza, tienes que creer en el azar pero no tal como la defines, que no me gustó pues al fin y al cabo por ausencia de propósito coherente se entiende y se usa la palabra teleonomía frente a teleología y no azar frente a causalidad, pareja de conceptos esta última que puede participar en cualquier de los conceptos anteriormente mentados.

Bien por la precisión en los términos, desconocía el neologismo.

Un saludo.

Ric dijo...

Muy interesante esta reflexión y el Blog.

Saludos,

Ric