domingo, 30 de octubre de 2022


Si fueras interrogado por un sarraceno, diciéndote: "¿Qué dices que es Cristo?", dile "El Verbo de Dios". Y no creas pecar con ello, pues Cristo es llamado verbo, brazo y poder de Dios en la Escritura, y muchas otras cosas parecidas. Pregúntale a tu vez diciendo: "¿Y qué dice de Cristo la Escritura?". Tal vez aquí él quiera hacerte otras preguntas con la intención de rehuirte. No le respondas hasta que te haya respondido lo que tú le has preguntado. De ser necesario, si te responde, di: "En mi Escritura es llamado espíritu y verbo de Dios." Y pregúntale: "¿El verbo en tu Escritura se llama creado o increado?". Si dice "increado", dile: "He aquí que concuerdas conmigo, pues todo lo que no es creado, sino increado, es Dios". No obstante, si dice: "El verbo y el espíritu son creados", dile: "¿Y quién creó el espíritu y el verbo de Dios?". Y si, en su indigencia, te dice "El mismo Dios los creó", dile: "¿Antes de crear el espíritu y el verbo no tenía Dios ni espíritu ni verbo?". Escapará de ti, no teniendo nada que responder.

Y si fueras preguntado por el sarraceno, diciéndote: "¿Las palabras de Dios son creadas o increadas?" (éstas son las aporías que nos objetan los sarracenos, queriendo mostrarnos más poderosamente que el verbo de Dios es creado, lo cual no es) y le dijeras "Creadas", te dirá: "Luego dices que el verbo de Dios es creado". Si, en cambio, dices "Increadas", te dirá: "Pues hete aquí que todas las palabras de Dios son increadas, y sin embargo no existe una pluralidad de dioses". Y así serás confeso de que, dado que Cristo es el verbo de Dios, no es Dios. Por lo cual, no respondas "creadas" ni "increadas", sino que debes responderle así: "Adoro un único verbo de Dios, ser increado. Mas no llamo λόγια, es decir, palabras, a todas mis Escrituras, sino ςέματα de Dios, esto es, discursos de Dios. Y [si prosigue] el sarraceno: "¿Por qué dice David 'Las palabras del Señor son puras'?", respóndele: "Porque el profeta habla tropológicamente y no cirológicamente, esto es, no según la significación habitual y establecida de las palabras". Y [si replica] el sarraceno: "¿Qué son la tropología y la cirología?", dile: "La cirología es una forma de hablar cierta y establecida". Y [si insiste] el sarraceno: "El profeta habla como quiere", dile: "Es habitual que los profetas hablen tropológicamente; como en este [pasaje]: 'El mar, al verlos, huyó', y he aquí que el mar no tiene ojos ni alma. Y una vez más el profeta quiere hablarle como si estuviera animado: '¿Qué tuviste, oh mar, que huiste?'. Nuevamente se confirma este supuesto, pues dice Dios a Caín: 'Maldito seas tú de la tierra, que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano'. Repara en que aquí "boca" se dice tropológicamente. 'Y mi espada devorará carne'. Mas la cortará, no la comerá. Por ello a lo que son ςέματα, es decir, discursos decibles y expresables, los llama λόγια, esto es, palabras, cuando propiamente no son palabras, a saber, [pensamientos] formados interiormente sólo en el alma o en la razón, sino -como ya se ha dicho- ςέματα".

Si te dijera el sarraceno: "¿Cómo descendió Dios al vientre de una mujer?", contéstale de este modo: "Empleemos tu Escritura y la mía. Tu Escritura dice 'Porque Dios [eligió y] purificó a María entre toda la carne de las mujeres' y descendió el espíritu de Dios y el verbo de Dios [moró] en ella. Y mi Evangelio dice: 'El Espíritu Santo vendrá sobre ti y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra'. He aquí una voz y un significado para ambas dicciones. Sabe, empero, en qué manera la Escritura dice en sentido propio descenso y ascenso de Dios tropológicamente, no cirológicamente. Propiamente, según afirman los filósofos, desciende y asciende aquel [que es limitado]. Dios, empero, todo lo contiene y en nada es contenido. Por lo que cierto profeta dijo: '¿Quién midió las aguas con el hueco de su mano? ¿Quién midió los cielos con la palma de su mano? ¿Quién con su puño juntó el polvo de la tierra, etc.?' Todas las aguas pueden ser fácilmente encerradas en la mano de Dios, todo el cielo en su palmo y toda la tierra en su puño. ¿Cómo va a suceder, pues, que el mismo que todo contiene en su mano descienda y ascienda?".

Si fueras interrogado por el sarraceno, diciéndote: "Si Dios era Cristo, ¿por qué comía, bebía, dormía, fue crucificado y murió, etc.?". Dile: "Porque antes de los siglos el verbo de Dios creó todas las cosas, según atestigua tu Escritura y la mía, y él mismo creó de la carne de una virgen santa a un hombre perfecto, dotado de alma e inteligente, el cual comía, bebía y dormía. Mas el verbo de Dios no come, bebe, duerme, es crucificado o muere, sino que la carne que asume de la virgen santa es crucificada. Sabe, entonces, el motivo por el que Cristo es doblemente significado. Pues no es el caso que la hipóstasis sea el verbo eterno de Dios y tras la asunción de la carne [ésta] sea accidental, esto es, no personal ni natural, ni se da una cuarta persona en la Trinidad tras la inefable unión con la carne".

San Juan Damasceno

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