Santo Tomás parece querer apropiarse de San Anselmo, quien define la verdad como "rectitudo mente sola perceptibilis" (la rectitud perceptible sólo por la mente). Dice Santo Tomás que esta rectitud es una forma de adecuación, y no es así. Ésta es a priori, pues tal es la única interpretación válida de "perceptible sólo por la mente". El mismo San Anselmo lo explica en la conclusión del De Veritate:
"Solamente de un modo impropio se habla de la verdad de tal o tal cosa, puesto que ella no tiene su ser ni en estas cosas, ni por ellas, ni de ellas. Pero cuando las cosas se conforman con ella, que está presente en todo lo que es, como debe ser, se habla entonces de la verdad de tal o tal cosa, como la verdad de la palabra, de la acción o de la voluntad".
Por tanto, la verdad no se conforma con las cosas, sino las cosas con la verdad.
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