Desde el plano fáctico la prueba del libre albedrío debe ser indirecta, casi diría que una mera cuestión de verosimilitud. Imaginaos una mano invisible que sólo pudiera expresarse mediante lo que le dejan escribir en un papel. Alguien podría caer en la tentación de decir que lo que existe no es esa mano presupuesta, sino nada más y nada menos que los garabatos aparecidos en dicho folio. Y aunque la mano protestase redactando un largo y sentido discurso a favor de su realidad, no añadiría ningún elemento fáctico a la hipótesis de su existencia, que continuaría siendo sólo una posibilidad entre otras (por ejemplo, que el papel esté programado para mancharse con esta clase de peroratas cada vez que se le importuna). La discusión sobre el libre albedrío se mueve más o menos en estos términos de prueba imposible. Pero su refutación sí es posible, si se demuestra que los individuos preexistentes son capaces de escindirse.
"¿Dónde está la oposición de este país?"
Hace 1 hora
2 comentarios:
Discutiendo con un ateo me preguntó: "¿de dónde surge el margen de maniobra del libre albedrío?" Le respondí que del alma, y ésta es el argumento que le ofrecí:
1) Los entes físicos (materia-energía) se ve afectados DIRECTAMENTE por alguna de las cuatro fuerzas del universo (fuerza nuclear fuerte, débil, electromagnética y gravitacional).
2) El contenido de las matemáticas no se ve afectado DIRECTAMENTE por ninguna de esas fuerzas (aunque sí INDIRECTAMENTE, en el sentido de que, si el cerebro no funciona bien, no se puede pensar en ellas, pero yo trato del caso en que sí estamos pensando en ellas).
3) Por lo tanto los contenidos matemáticos no son entes físicos.
4) Pero como un ente físico no puede producir nada que no sea físico,
5) y el hombre puede producir contenidos matemáticos no-físicos,
6) entonces se concluye necesariamente que el hombre está compuesto por algo no-físico capaz de producir contenidos matemáticos (no-físicos).
7) A ese “algo” algunos lo llaman “alma” o “espíritu” y es el fundamento del libre albedrío, pues escapa parcialmente a la causalidad física (digo “parcialmente” porque está en estrecha unión con el cuerpo y eso lo condiciona).
Respecto al argumento del alma me objetaron que se explicaba con la abstracción y con las convenciones del lenguaje, y respondí:
Pero si los contenidos matemáticos no dejan de estar en el horizonte de lo material-energético, ¿cómo explicar que no se vean afectados por las fuerzas que afectan el universo físico? La respuesta que los ateos dan: es una “convención compartida” y una “abstracción”. ¿Es esto realmente una explicación? Veámoslo a continuación:
La “depilación” de la “convención compartida” y de la “abstracción”:
a) Si somos seres exclusivamente material-energéticos, todos nuestros actos, incluidos los pensamientos, no dejarán de ser material-energéticos, y, por lo tanto, sometidos a las 4 fuerzas que rigen el universo.
b) Entre nuestros actos está el hecho de “convenir” los principios matemáticos. ¿Pero cómo podemos convenir-pensar contenidos matemáticos que no cambien bajo la influencia de las 4 fuerzas? ¿No sería eso desbordar nuestras capacidades material-energéticas? No, me dirás, porque hacemos una “abstracción”.
c) ¿Pero qué es una “abstracción”? Obviar o dejar de lado los elementos concretos para quedarnos sólo con el contenido matemático en cuestión.
d) Por lo tanto vemos que la abstracción es una negación (con el pensamiento) de los elementos concretos que caen bajo las 4 fuerzas, y que, por lo tanto, es comprensible que una abstracción no se vea afectada por las 4 fuerzas.
e) ¿Pero qué es desde un punto de vista físico una abstracción matemática? Es un contenido del pensamiento que está totalmente aislado de las interacciones físicas; el ser humano tiene esa capacidad de aislamiento a través de lo que llamamos “convención” y “abstracción”.
f) ¿Pero podemos decir que esa capacidad de aislamiento sea física? No, porque, en todo intento de aislar un ente material-energético, tendremos que usar materia-energía para encerrar ese ente en una burbuja totalmente aislada, pero la materia-energía que se use para aislar, no puede dejar de estar en contacto con la materia-energía que se quiere aislar (con las modificaciones consecuentes); de ahí la imposibilidad de hablar de aislamiento absoluto de las condiciones físicas (=abstracción) por medios físicos. La única solución es afirmar que los contenidos matemáticos abstractos no son materia-energía en sí mismos, y que por eso están totalmente aislados y no son afectados por las 4 fuerzas.
g) Y si los contenidos matemáticos abstractos no son materiales-energéticos, no pueden ser producidos sólo por la materia-energía del ser humano (aunque se necesite su soporte o buen funcionamiento y eso produzca gasto de energía), deben ser producidos por un ente que no sea material-energético. De ahí se deduce que el ser humano es una combinación de materia-energía con otra entidad que no se sitúa a ese nivel y que yo llamo “alma”. Y esa entidad es también la base para afirmar el libre albedrío, que escapa a la tiranía de las cuatro fuerzas universales como lo hacen las abstracciones matemáticas.
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