domingo, 15 de marzo de 2009

Tópicos sobre el aborto




Nunca he creído en la unidad monolítica del "yo", la que tal vez uno imagina cuando emplea las palabras "sujeto" o "persona". El "yo" como "yo que se autoobserva" se ve a sí mismo de un modo distinto a como es representado por el resto de individuos, y en cierto sentido se desdobla en el proceso. Los antiguos llegaron a hablar de démones personales para explicar semejante bifurcación de las voluntades y las inteligencias. El posmoderno, lisa y llanamente, niega la subjetividad, la transfiere por empatía o la reduce a lo sensible.

Pero ¿dónde está escrito que matar sólo sea malo si es doloroso? Los animales sienten dolor y no por ello son humanos. Por ende, la capacidad de sentir el dolor no es rasgo definitorio de la humanidad. Desechamos, sí, a los fallecidos al dictaminarles muerte cerebral, pero no porque carezcan de consciencia, sino porque contamos con la más que razonable certeza de que no la tendrán jamás. Es decir, valoramos potencialidades.

¿Por qué se distingue, pues, entre ser humano vivo y persona? ¿Hay personas no humanas? ¿Qué tan sublime es la personalidad para serlo todo, mientras que la humanidad -de la que aquélla parte y a la que nunca abandona- no sería nada? ¿Defendemos al hombre porque es racional o porque debe serlo?

El desarrollo del nasciturus en el proceso de gestación prueba que el encefalograma plano no es el fin de la vida en sentido cronológico u ontológico. La vida termina -al menos a efectos civiles- cuando el organismo en su conjunto se muestra incapacitado para seguir perseverando, lo cual arroja infinidad de síntomas además del que comúnmente se toma como indicativo de la muerte.

Por si cupieran más dudas, invoco a Perogrullo: las plantas no tienen actividad cerebral y están vivas, pero no son humanas. Puesto que nadie duda que el nasciturus es un ser humano en acto, ¿con qué criterio se juzga que no está vivo? Y si lo está, ¿con qué derecho se lo mata? Los materialistas siempre han relativizado la consciencia, relegándola al papel de epifenómeno. No ha lugar a que ahora la conviertan en esencia de la humanidad, cuando sólo es uno de sus rasgos más característicos (otros serían andar erguidos o ser omnívoros).

Respecto al momento en que alguien se constituye en prójimo, sin duda tiene un componente cultural en su apreciación. Profanar tumbas se considera delictivo, por estimar que los muertos todavía son prójimos nuestros, y ello pese a estar ciertos de que no van a padecer ese acto. ¿Por qué profanar úteros es menos obsceno, si con este modo de obrar nos privamos, además, de miembros útiles para la sociedad?

Todavía más. ¿Es un prójimo un enemigo en una guerra? Lo dudo mucho. No hay proximidad en la relación entablada, sino necesidad de repelernos mutuamente. Pero ¿se sigue que no es humano y que su vida nada vale? No para aquellos que creen en la civilización. Entonces, ¿hemos de dar a la que es de facto nuestra descendencia, si bien aún nonata, un trato peor que el que reservamos a los hombres más hostiles? ¿En base a qué libertad insensata, a qué precepto cruel?

A quien inquiera dónde está el límite para estimar que alguien es hombre y no mera semilla o posibilidad de serlo se le responde: el límite está en la acción externa. Desde el instante en que el cuerpo no necesita de ella para constituirse, bastándole con el mero paso del tiempo en un entorno adecuado, hablamos de organismo autónomo en germen. Porque si no distinguiéramos entre constitución primera y desarrollo ulterior, sería absurdo hablar de progenitores.

Si no hay nada divino en el hombre, tanto mejor para que lo consideremos tal ab initio, desde que su máquina está completa en cuanto a la constitución, pese a que no lo esté respecto a su desarrollo. Si excluimos los fines del universo, ¿por qué inculcamos ideales a nuestra especie -"la forma humana ideal", "la inteligencia ideal", "el grado de madurez orgánica ideal"? Y si no admitimos una eximente por empatía para evitar perdonar a los criminales más carismáticos, ¿por qué, e converso, tenemos en cuenta tal agravante para condenar a cierta clase de inocentes, humanos pero no antropomorfos?

El aborto es quizá la prueba más sangrante de la insuficiencia moral del ateísmo y el materialismo.

26 comentarios:

Alejandro Martín dijo...

Me quedo con este párrafo: "Los materialistas siempre han relativizado la consciencia, relegándola al papel de epifenómeno. No ha lugar a que ahora la conviertan en esencia de la humanidad, cuando sólo es uno de sus rasgos más característicos". Genial.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Gracias. Todo el texto, salvo alguna corrección, es una respuesta para un debate de hace aproximadamente un año, con la que pretendía desarmar las argucias sofísticas mediante las que se justifica el aborto. De ahí su extensión, y la transición algo brusca entre párrafo y párrafo.

Outsider friar dijo...

No soy un fanático de González Faus; sin embargo, creo que su "Crítica de la razón abortista" es todavía, aunque presente en el campo práctico alguna debilidad, bastante aprovechable como razonamiento teórico. Lo malo es que nos movemos en este terreno no a nivel de razonamiento, sino a nivel de convención (=convengamos en lo que nos conviene). Tómese la llamada Comisión de Expertos, por ejemplo. Sin ser expertos, todos sabíamos más o menos lo que iban a proponer. Para eso fueron convenientemente nombrados ellos y no otros.

Hugo dijo...

No sé qué significa "Propter Sion non tacebis", pero espero que no signifique "materialistas, absténganse de comentar aquí" jaja, es broma. Humor de tercera.

Yo sí que estoy a favor del aborto, soy ateo y le doy mayor importancia al cuerpo, si es que eso significa algo. Pero me encanta tu post. Leer todo el día posts que dicen lo que uno ya piensa puede llegar a aburrir. Bueno, todavía no me ha pasado, pero... jaja. No me atrevo a rebatir argumentos porque tenéis más experiencia y sería una batalla perdida de antemano. Así que, si no tienes ningún inconveniente, me llevo un cachito de tu post para mi blog y de este modo seguir rumiando yo solito.

Un saludo.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Outsider friar:

No hay duda de que esos expertos se han presentado con la misma actitud que Danton, aunque sin su sinceridad. Éste, importunado por alguna cuestión jurídica, confesó que no quería juzgar al rey, sino matarlo.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Hugo:

Significa "Por Sión no te callarás" (tomado de Isaías 62:1) y es una invitación a decir la verdad. Lo puse en latín para asustar a los ateos, en eso llevas razón.

Te honra ser capaz de apreciar los argumentos que no compartes. Si te interesa, estoy discutiendo sobre esto con Pascual González en su blog, enlazado en este post.

Por cierto, muchas gracias por tu vínculo.

Saludos.

Radagast dijo...

Estoy con un Hugo: una entrada la mar de interesante y de la que se puede rumiar bastante, aunque tampoco comparta tus razonamientos. Y bueno, jeje, me mojaré aunque sólo sea para dar mi opinión.

Un feto no es un ser humano. Tiene la potencialidad de serlo, pero no lo es. Hasta que nazca y pasado un tiempo, biológicamente no es más que un parásito de su madre. ¿Suena cruel? Puede ser. Pero es que la realidad es cruel, si es que se le puede dar epítetos humanos. Más bien diría que es lo que hay. Darle un sentido filosófico y trascendente a algo que no lo tiene (un feto, un ser humano, el cosmos, lo que sea) está muy bien y cada uno es totalmente libre de hacerlo, pero no añade nada a su existencia. Es más, si no se le da sigue existiendo igual. Puedes decir que el hecho de que las plantas transfomen la energía del sol en materia orgánca es parte del plan de Dios, pero el hecho es que seguirá ocurriendo sin necesidad de haberlo definido como parte de su divino plan. Y sin que sea, de hecho, parte del plan de nadie.

No quiero decir con esto que matar a un feto sea algo que deba practicarse a la ligera. El aborto es algo que debe ser cuidadosamente meditado en cada caso ya que depende de las circunstancias que lo rodeen.

Y añado algo más. Si bien las personas son seres humanos, los seres humanos no tienen por qué ser personas. Una persona tiene sentido de la moral, mientras que un ser humano no tiene por qué tenerla. Un ser humano no es más que un animal consciente de sí mismo y de lo que le rodea, que tiene la capacidad de modelar su entorno y de hacerse preguntas abstractas sobre él y sobre sí mismo. Una persona es todo esto y además posee moral. Ha inventado el bien y el mal y sabe distinguir y elegir entre ellos.

Un saludo.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Hola, Radagast.

Dudo que las personas tengan sentido moral -o que les sirva de mucho- cuando son capaces de abortar en cantidades industriales y legislar al respecto para que resulte más cómodo.

Si somos parásitos hasta que reportamos alguna utilidad económica, yo lo fui hasta los 23 -y nunca resulté más barato y poco conflictivo que en mi fase prenatal. No entiendo por qué dices necesitar meditar la decisión del aborto cuando tienes tan claro que lo que se elimina es indigno (yo no medito cuando como chuleta de cerdo).

La función del derecho es la misma que la de la sociedad: perfeccionar nuestra naturaleza. ¿Qué relación guarda esto con abortar?

J.M. dijo...

En primer lugar hay que decir que un embrión o un feto humanos, evidentemente, son humanos, en acto. No hay que atender a ninguna potencialidad para determinarlo. Ser humano significa pertenecer a la especie homo sapiens, única y exclusivamente. Es una cuestión meramente biológica. Quizá sea un parásito como alguien ha dicho, pues bien, entonces será un humano parasitario, pero huamano.
El caso es que, eso sí, ni el feto ni el embrión son personas, del mismo modo que un lagarto o un pollo no son personas. Ser o no una persona, si es que tiene algún sentido hablar de "personas", es independiente de pertenecer a una especie animal u otra. Dicho sea de paso, sí hay personas no humanas, a saber, la gran mayoría de grandes simios adultos, por ejemplo.
Efectivamente las plantas no sienten dolor y, de hecho, no son humanas, pero es que ser o no humano y, en definitiva, la pertenencia a una especie determinada, no tiene ninguna relevancia moral.
La vida en sí tampoco tiene relevancia moral, puesto que es eliminada a diario en actos que consideramos perfectamente normales y nada inmorales; limpiar, por ejemplo, implica quitar la vida a millones de microorganismos.
Por supuesto, tampoco se trata aquí de si matar es o no es doloroso. Si bien asesinar a alguien de un modo no doloroso puede ser considerado com menos malo que asesinarlo de un modo doloroso, en ambos casos se trata de algo malo.
De lo que se trata es de lo intereses de los individuos, que son el único sustento de los derechos de estos. Un individuo tiene derecho a X, solamente si tiene interés en X. La cuestión es que el embrión no tiene intereses, y, por lo tanto, no tiene derechos, por muy persona en potencia que sea o por muy humano que sea.

Radagast dijo...

En ningún momento he hablado de utilidades económicas. Ni lo he insinuado ni me refería a ello, así que supongo que esa referencia a algo que no he dicho sobraba. He dicho que un embrión y un feto son parásitos en tanto en cuanto se alimentan del hospedador en detrimento de éste. Una simple definición biológica y nada más.

Decir que un embrión humano es, de hecho, humano porque pertenece a la misma especie y por lo tanto es sacrosanto, y si no ha lugar a potencialidades en su definición, es lo mismo que decir que un tumor en un cuerpo humano es un ser humano ya que posee el mismo genoma, se desarrolla aparte del cuerpo y se alimenta gracias al cuerpo en detrimento de la salud del cuerpo.

Por otra parte, el aborto debe ser meditado ya que no son chuletas, sino potenciales sere humanos. No he hablado de indignidades, como parece que se ha querido hacerme decir. El llevar a término un embarazo que provocaría la muerte de la madre y la del bebé mataría a la madre y a un recién nacido. El fruto de una violación es un embarazo obligado y no deseado, y seguramente la madre no esté preparada para ello.
Ni defiendo el aborto como ridículo sistema anticonceptivo (que no lo es, ya que la concepción ya se ha realizado), ni defiendo que se pueda abortar porque soy guay y hago lo que me da la gana. Lo que digo es que hay casos en los que es necesario matar a un potencial ser humano (por mucho que se diga, el embrión puede de forma natural no nacer, con lo que no habría ningún ser humano, de ahí lo de potencial).
Tampoco estoy de acuerdo con la actual reforma de la ley del aborto, pero desde luego que no es por las mismas razones que las aquí expuestas tanto por el titular del blog como por otros comentaristas.

Y si la función del derecho es mejorar la naturaleza humana, me pregunto yo a qué tipo de seres humanos mejora, porque si en esta sociedad todos somos iguales, en la práctica del derecho esto no es así. Claro que no es lo mismo si se toma la sociedad como el mero conjunto de individuos (como me parece que se ve aquí) o como algo más que la suma de sus partes.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Radagast, todo el mundo puede leer lo que has dicho, no te preocupes. Pero mantengo que la analogía es legítima. Yo me alimenté de mis hospedadores en su detrimento hasta los 23 años, aunque por lo demás fuera un ser autónomo.

Si distingues entre un hombre vivo y ese mismo hombre muerto, ¿por qué no separas al hombre de su tumor? Por lo visto, te parece apropiado comparar a un prenacido con un cáncer, pero está de más que yo lo compare con un conjunto de nutrientes.

Radagast dijo...

Me has entendido mal. Precisamente estaba diciendo lo contrario. Que si no se permite hablar de potencialidades (como dice JM) entonces es lo mismo. Pero yo sí hablo de potencialidades, por lo que considero que desde luego no es lo mismo. Ahora, se comportan de manera similar.

Respecto a tu analogía, creo que no es válida porque hablamos de modos diferentes. Yo hablo de una definición estrictamente biológica. Si tú hasta los 23 años te comportaste de la manera que dices, puedes decir que eras un parásito, pero no es una definición biológica, sino tal vez social.

J.M. dijo...

Por si contribuye en algo al debate, yo diré que sí estoy a favor de la actual reforma de la ley del aborto.

Yo he dicho que el embrión y el feto son humanos, pero no he dicho que cualquier humano es sacrosanto. La especie no puede ser considerada como baremo moral.

Dicho claramente: el embrión no tiene intereses, ergo, no tiene derechos, ergo, no tiene consideración moral. Quitar la vida al embrión es, a priori, moralmente permisible.
Es más, es un caso típico, la gestante será una persona con intereses propios, es decir, con derechos, es decir, con cierto estatus moral.
La decisión libre y atónoma de una persona adulta, en virtud del principio de autonomía, y, por lo tanto, del derecho a la libertad individual, no puede ser cuestionada en defensa de los (inexistentes) derechos de un ser que ni siente ni padece.

En cuanto al tema de las potencialidades me gustaría apuntar dos cosas. En primer lugar, suponiendo que el embrión sea una persona potencial, no veo porqué esa potencialidad debería tener alguna relevancia moral; es como decir que no se puede obligar a un niño pequeño a hacer algo que no quiere hacer porque en el futuro será una persona adulta con derecho a tomar sus propias decisiones.
En segundo lugar, aunque la potencialidad tuviese relevancia moral, el caso es que hablar de potencialidad implica un problema de fondo grave. Decir que X es una persona en potencia es decir que X será una persona en el futuro. Dicho de otro modo, hablar de potencialidades es hacer especualaciones; las potencialidades son un terreno obscuro y pantanoso, demasiado como para tener verdadero peso en cuestiones éticas.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

JM:

A los ateos que afirman que la vida del hombre no es sacrosanta les preguntaría si hay para ellos algo más sacrosanto que el hombre. ¿Son sacrosantas la sensibilidad, la inteligencia tomadas en abstracto? ¿Por qué, ya que tan a menudo se emplean para el vicio y para el abuso, para el mal en definitiva?

Hay una tesis implícita en tu razonamiento: que sólo puede poseer intereses aquel que es capaz de representárselos. No veo cómo vas a conciliar esto con tu defensa de los derechos de los animales. ¿No te dice nada el valor de la inocencia, el no dañar ni querer dañar? ¿No merecen los inocentes entre nosotros -es decir, los que no dañan- no ser dañados por nosotros?

Termino. La posibilidad, a la que prefiero llamar expectativa cuando es razonable, tiene un gran peso en la moral. La metanoia griega, que el cristianismo latino tradujo como conversión o arrepentimiento, es un elemento fundamental en el hombre, dado que el yerro en él es inevitable. Nociones como esperanza, lealtad o progreso aluden al futuro, y son también innegablemente morales. Mediante las mismas en cierto modo redimimos el presente en función de una teleología.

Radagast dijo...

>>Decir que X es una persona en potencia es decir que X será una persona en el futuro.

No estoy de acuerdo, ya que decir que algo es potencial no certifica su aparición futura, sino que no es más que una posibilidad.

>>¿No te dice nada el valor de la inocencia, el no dañar ni querer dañar? ¿No merecen los inocentes entre nosotros -es decir, los que no dañan- no ser dañados por nosotros?

¿Y cómo se concilia eso con la propia existencia del hombre, que debe dañar a los demás seres simplemente por su mera existencia? Aparte de que la inocencia es, igual que otras tantas cosas, una definición humana que no casa con aquello que no es humano. Un animal no es inocente, y darle ese epíteto lo antropomorfiza y le otorga una intencionalidad moral a su comportamiento. Un ser humano también es un animal, pero posee autoconsciencia, capacidad de abstracción y posiblemente (en algunos casos) un sentido de la moral, teniendo su comportamiento una intencionalidad.

simbol dijo...

Nada nuevo en la discusión sobre el aborto.

De paso, en algunas frases implícitamente se sostiene el aserto según el cual la vida se inicia en la concepción. No lo creo. El espermatozoide y el óvulo están vivos y son también vida humana, lo cual nos lleva a que la vida humana comenzó hace mucho tiempo. Pero vida humana y "ser humano" no son la misma cosa, de la misma manera que que una célula humana es vida humana pero no es un ser humano, por que si lo fuera, las celulas que desechamos al defecar, al soplarnos los mocos, al cortarnos las uñas y al cortarnos el pelo sería seres humanos, pero no lo son y y si vamos a hablar de potencial, las células en los pelos humanos son, con la adecuada tecnología, "seres humanos potenciales" también.

"Desechamos, sí, a los fallecidos al dictaminarles muerte cerebral, pero no porque carezcan de consciencia, sino porque contamos con la más que razonable certeza de que no la tendrán jamás. Es decir, valoramos potencialidades."

No contamos con una "razonable" certeza sino con un total certeza y por lo tanto no se estan valorando potencialidades sino reconociendo "actualidades". Para evitar confusiones no es lo mismo "destrucción del córtex" que un coma.

Si los católicos están en desacuerdo con el aborto y con los criterios para no identificarlo con lo que ustedes llaman "matar bebés", nadie los obliga abortar. Si no quieren un aborto no lo tengan.

Por otra parte, si realmente quieren reducir o eliminar los abortos deberían comenzar por apoyar la educación sexual y la provisión de anticonceptivos, aunque claro, no se como afectará la conciencia de los católicos el "desperdicio" de la esperma sagrada que también es vida humana.

La actitude de los cristianos es hipócrita porque en su mayoría usan anticonceptivos prohibidos por la ICAR y en mas de un caso usan el aborto.

Sus autoridades evaden el problema de la sobrepoblación autojustificándose con la "ayuda a los pobres" y últimamente con un posición política socialdemocrata y en ese sentido redistributiva económicamente hablando, pero la verdad es que el sobrepoblamiento, entendido como una inadecuada relación entre recursos y población es una causa directa de la pobreza y el problema no es sólo ayudar a los "pobres" sino atacar las causas de la pobreza. La planificación familiar es una buena manera de hacerlo, pero como de costumbre los dogmas no ayudan a la razón.

Nada nuevo, tampoco.

Saludos

simbol dijo...

Algo que dejé en el tintero.

La posición católica en este tema es mas o menos equivalente a "que la naturaleza siga su curso" y por lo tanto que las mujeres paran tanto cuanto se pueda.

Pero los seres humanos existen por que con su cerebro han podido enfrentarse "al curso de la naturaleza" y asi han podido enfrentarse, por ejemplo, a los microbios que le son mortales.

Hacerle caso a la iglesia entonces es mas o menos como mandar la penicilina al basurero, porque usar la penicilina es ir contra el curso de la naturaleza.

Radagast dijo...

Anda, que en buena hora saqué el tema de la potencialidad...
A ver, que hablo de que puede llegar a ser un ser humano de forma natural, no de que lo sea. Un embrión no es un ser humano, es un embrión humano. Con la adecuada tecnolgía los pelos y las uñas pueden ser humanos... pues bueno, a ver qué tecnología actual usas.

Del resto estoy de acuerdo, Simbol. Quien no quiera abortar que no lo haga, de la misma manera que quien no quiere que se le trate un cáncer puede no dejarse tratar.
Esto no quiere decir que lo contrario sea verdad, que quien quiera abostar que lo haga. Debe haber casos y casos. El aborto no es una manera de no tener niños y no es un sistema anticonceptivo. La solución para ese tipo de situaciones es la planificación familiar y el uso de anticoncetivos.

Anónimo dijo...

saludos:

Radagast, caes en una ligera contradicción. Primero dices que el feto sólo es un parásito, pero más adelante sostienes que a ese parásito no se le puede "matar" a la ligera. En qué quedamos, esa "crueldad" del principio por qué se convierte en "ñoñería" a posteriori. Si es un parásito es un paráisto en-sí en todo momento y en todo lugar, más allá de las potencialidades obvias de la sustancia sujeta a tiempo-espacio...

No hace falta que me respondas. Un feto es esa substancia individual de naturaleza racional que decía Boecio para hablar del hombre.

Por otro lado todo ser humano tiene sentido de la moral en cuanto que es un ser moral. Lo que nos hace personas es actuar con rectitud, pero sobre ello habla mucho mejor el Estagirita en su libro de Ética.

Un saludo.

Radagast dijo...

Respondo porque no me gusta que se malinterprete.
Yo sigo insistiendo en que hablo de definiciones biológicas, no lingüísticas. El que quiera entrenderlo genial. El que no quiera pues también, pero recomiendo que se informe.
Hablo de que su comportamiento biológico es similar, que hace lo mismo que un parásito. En este caso ni he hablado de opiniones, ni de moralidades, ni de filosofías.
Decir "el cielo es azul" y a continuación decir "me gusta el cielo de color rojo-anaranjado" no significa que se quiera arrasar con el cielo azul y volverlo rojo-anaranjado.

J.M. dijo...

IRICH:

Nada puede ser sacrosanto tomado en abstracto, ni la inteligencia, ni la sensibilidad. Algo muy distinto es que individuos concretos con sensibilidad e inteligencia tengan ciertos intereses y ciertos derechos.
El supuesto razonamiento que me atribuyes no está implícito en lo que digo. Por ejemplo, tal y como yo lo veo, en general, el interés de no sentir dolor lo tiene cualquiera capacitado para sentir dolor; no tiene nada que ver con la capacidad de representarse tal interés, lo cual, dicho sea de paso, encaja perfectamente con mi defensa de los derecho de los animales no humanos.
En cuando a los valores de los que hablas, la inocencia, no dañar, etc. me parece que solo tienen una importancia relativa en este tema. El embrión no daña, cierto, en este sentido se le puede considerar “inocente”. Pero el embrión es inocente en el mismo sentido en que lo es una planta cualquiera que nadie tiene reparos en destruir. ¿La planta merece no ser dañada? Dicho de otro modo, ¿la planta tiene el derecho de no ser dañada? La respuesta es clara, la planta no tiene intereses, ergo, no tiene derechos. No tiene intereses no porque no se los pueda representar, sino porque no puede sentir.


RADAGAST

Si admites que la potencialidad no es más que una posibilidad, algo que yo también puedo admitir, eso muestra que no puede dársele valor moral, ya que es simplemente una posibilidad tan válida como otra.

* * *

Creo que sería interesante que los que dicen que hay casos o que no se puede abortar a la ligera explicasen exactamente porqué. Exactamente ¿de dónde sale el estatus moral del embrión? O mejor dicho ¿qué objeciones éticas serias se pueden poner al aborto embrionario?
Tengamos en cuenta que la especie a la que pertenece no puede considerarse relevante éticamente, por los mismos motivos por los que no puede considerarse relevante éticamente la raza, el sexo o el color de pelo. La vida en sí tampoco tiene relevancia ética, ya que seres vivos son sacrificados a diario en tareas que nadie considera inmorales (limpieza, cura de enfermedades...). Las potencialidades varias del embrión o son una especulación o una mera posibilidad, no pueden tener valor ético.
Personalmente no veo ninguna razón por la que haya que tener consideraciones éticas con respecto al embrión y con darle muerte.

Radagast dijo...

Bueno, JM, la verdad es que puedes darle un valor mediante la moralidad a cualquier cosa (no son sagradas las vacas para los hindúes? y no es más que un animal?). Así que, ¿por qué no a un embrión o a un feto?

Tomo tu propuesta y respondo. Las consideraciones éticas que yo tengo respecto al aborto son totalmente personales. Quiero decir que no pretendo imponerlas ni nada. Hipotéticamente, yo no sé si estando en esa tesitura de si estoy de acuerdo en que mi pareja aborte o no podría pedirle que abortara. Le diría que decidiera ella y que yo la apoyaría.
Ahora, hablando de manera general, considero que la potestad para matar al embrión o al feto que una mujer lleva en su seno es enteramente de ella, y debería permitírsele hacerlo si quisiera. Ella sabrá la situación en la que se encuentra y tal, aunque creo que debería meditarlo.

J.M. dijo...

Me temo que tu respuesta es, en gran parte, inaceptable.
La moral quizá pueda dar valor a cualquiera cosa, pero eso no implica que tal cosa sea correcta. La moral, o mejor dicho, un código moral cualquiera, puede, de entrada defender cualquiera cosa, pero no así la ética. La ética, en tanto que parte de la filosofía, debe cumplir una serie de requisitos, que hacen que no pueda defender cualquier cosa. Por ejemplo, puede haber una moral racista, pero no una ética racista.
Precisamente uno de los requisitos formales de la ética es su universabilidad, con precisión: siendo A el enunciado "Es malo que X haga P" y siendo B "Es malo que Y haga P", dándose A y B en las mismas circunstancias, el valor de verdad de A y de B será el mismo.
Esto implica que alegar que las creencias éticas/morales de uno son meramente personales no tiene, de por sí, ninguna importancia.
Pese a todo tu actitud tolerante me parece muy bien.

Radagast dijo...

Bueno, supongo que mis conocimientos de filosofía y de lógica no son muy buenos, ya que ése no es mi campo y no le he dedicado excesivo tiempo desde el instituto (hace de aquélla 10 años).
Dejando eso a un lado, entonces no puedo responder a tu petición anterior más que con el último párrafo. Quien debe elegir es la madre, aunque debería meditar su situación (pues tal vez no pudiera hacerse cargo del bebé en el caso de no abortar).

Daniel Vicente Carrillo dijo...

A todos, respecto a la reciente campaña de los obispos españoles:

Es fácil ver lo que pretende el cartel mediante un sencillo efecto visual: señalar el absurdo del proteccionismo ecologista, que considera más digno de ser preservado al lince ibérico (y eso incluye al lince ibérico prenacido) que al ser humano. Como a un feto no se lo puede poner a cuatro patas, y todavía menos a un embrión, lo cual es necesario para establecer el paralelismo chocante entre el hombre y la bestia, las imágenes de éstos quedan en segundo plano, mostrando la continuidad de la vida desde la concepción al nacimiento y la paradoja de negarlo en origen.

Lo que logra esta campaña -y de ahí la virulencia del rechazo que provoca- es ridiculizar la forma de razonar de la mayoría de abortistas, que dicen no poder identificarse con un embrión. De este modo se coloca a un bebé al lado de una cría de lince y se insta al observador a determinar con cuál de los dos se siente más vinculado. Ahora bien, la frivolidad misma de la pregunta, y el hecho humillante de que tengamos que compararnos con felinos en extinción para resaltar nuestro propio valor de especie, muestra la endeblez de lo que se pretende rebatir. Quienes han acusado a esta publicidad de engañosa deberían meditar si no será más bien ésa la prueba, en forma de autoconfesión, de que los derechos no pueden depender de sentimientos ni de comparaciones superfluas, esto es, de la subjetiva belleza del bebé y la del lince, de su postura de cuadrúpedos (temporal para uno, definitiva para el otro), etc.

Sabine dijo...

Me gusta tu blog si bien en este tema discrepo de tu postura, aunque la respeto, del mismo modo que desearía se respetasen por parte de la iglesia las que no comparte. Pero eso es como pedir peras al olmo. Desgraciadamente, la iglesia nunca tiene dudas. Todas sus opiniones son verdades absolutas. Nunca aprende de errores pasados, cae con frecuencia en piedras en las que ya había tropezado con anterioridad. Y no aprende. Quizá este absolutismo que ejerce es porque no necesita dar explicaciones a nadie y menos a sus fieles a los que únicamente se les exige obediencia y no cuestionamiento de ninguna idea o postura que dicha institución exprese. Puro sometimiento a un caudillo que salvará nuestra alma de no se sabe bien qué.

El cartel, lamento contradecirte, no logra lo que tú dices de señalar absurdos o ridiculizar formas de razonar, si algo consigue es hacer patente la demagogia en su vertiente más obscena. Se protege al lince (parece increíble que haya que explicar estas cosas) porque su número es escasísimo, siendo probable que desaparezca y eso es lo que se pretende evitar. Los humanos que yo sepa no somos escasos en número, más bien al contrario. Por tanto, no estamos en peligro de extinción y no necesitamos esa protección adicional que otros seres vivos (repito: vivos) precisan. El ser humano se reproduce sin problemas y no tiene ningún problema de supervivencia en este mundo, por el momento. Por tanto, no son cosas comparables en absoluto.

Poner además a un bebé en el cartel es una manipulación deliberada porque no se esta hablando de eliminar bebes ya nacidos al modo de Pilatos.

Dices que “…es humillante de que tengamos que compararnos con felinos en extinción”. Nadie hace esa comparación solo la iglesia y quienes interpretáis el cartel del modo que tú lo haces. Pero, afortunadamente, no es el sentir de todos, sino de algunos.

En este caso en concreto, la manipulación intencionada es adecuada para ser digerida por esas mentes a las que previamente ya se las ha vaciado de la tentación del cuestionamiento. Somos todavía muchos los que nos alejamos, en un ejercicio consciente, de los dogmatismos que nos rodean. Tenemos dudas y lo vemos como algo mentalmente sano.
Saludos,